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España España · Logroño
Voto de Pablo Veiga:
7
Drama El futuro del último pub que queda, The Old Oak, en un pueblo del noreste de Inglaterra, donde la gente está abandonando la tierra a medida que se cierran las minas. Las casas son baratas y están disponibles, por lo que es un lugar ideal para los refugiados sirios. (FILMAFFINITY)
17 de noviembre de 2023
6 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
En 'El Viejo Roble', Ken Loach vuelve a explorar las complejidades de las comunidades en transformación en medio de la decadencia industrial y la llegada de nuevos residentes. La película nos sitúa en un pueblo del noreste de Inglaterra, donde el último pub en pie, The Old Oak, lucha por mantenerse ante la declinación de la industria minera y el éxodo de los habitantes locales.

La trama toma un giro inesperado cuando se propone que el pueblo albergue a refugiados sirios, aprovechando las casas asequibles y disponibles en la zona. Este escenario se convierte en el crisol de tensiones y encuentros culturales, marcando el pulso de una historia que transcurre entre las ruinas del pasado industrial y la esperanza de un nuevo comienzo.

La dirección de Ken Loach destaca por su estilo naturalista y su habilidad para capturar la autenticidad de las comunidades afectadas por los cambios económicos y sociales. A través de su lente, vemos la lucha del pub, no solo como un negocio, sino como un símbolo de resistencia ante la pérdida de identidad y el desvanecimiento de la vida comunitaria.

El guion aborda hábilmente temas de migración, identidad y solidaridad. La llegada de los refugiados sirios no solo sirve como catalizador para la trama, sino que ofrece una oportunidad para explorar la resistencia, la comprensión mutua y la posibilidad de forjar nuevas conexiones en medio de la adversidad.

En el aspecto técnico, la cinematografía capta la belleza melancólica de los paisajes industriales en decadencia, así como la vitalidad que surge de la convivencia entre diferentes culturas. La partitura, sutil pero efectiva, complementa la narrativa, aportando una dimensión emocional a la historia.

Es una obra rica y reflexiva que destila el sello distintivo de Ken Loach en cada fotograma. Su capacidad para tejer historias humanas auténticas se refleja en cada elemento de la película, desde las actuaciones hasta la dirección y la narrativa. Es una exploración conmovedora de las complejidades de la transformación comunitaria, donde las ruinas del pasado se entrelazan con las semillas de un futuro incierto, pero lleno de posibilidades.
Pablo Veiga
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