Se supone que un slasher está predestinado a a deleitar al espectador con dos elementos: sangre y sexo. Y efectivamente, aquí se manifiestan ambos conceptos, no obstante, tomando la forma de un metraje indigerible que mezcla el terror de serie B más absurdo, un policial mal construido y pequeñas dosis de humor negro que no sabemos si es intencionado o la película es tan absurda que resulta cómica.

El único aspecto positivo que puedo extraer de este visionado es que la cinta termina siendo ligera y las muertes, aunque cutres, tratan de ser originales y sangrientas. La salsa de tomate canta como un gallo, eso sí, pero si le echas un poco de imaginación, los asesinatos pueden llegar a ser pasables.

La estructura del filme se parece al giallo, pero no consigue esa mezcla de policíaco y slasher con la que genios como Mario Bava y Dario Argento nos han deleitado en tantas ocasiones.
Si eres un fanático del cine slasher, has visto diez veces la saga de Viernes 13 y estás harto de lo mismo, puedes echarle un vistazo a "Masacre en el autocine" que tal vez te eches unas risas.