Si algo se puede decir de esta película es que sin tener un gran argumento ni ser muy creíble la edad de los actores, que se hacen pasar por adolescentes, consigue engancharte. Los pies se te mueven solos al ritmo de la música que, durante toda la película, te hace disfrutar.

La voz de ella, magnífica cantante, la actuación de él, siempre tan grande, y una forma muy distinta a las habituales de dar a entender los problemas de los adolescentes hacen de esta película una de las mejores de la historia del cine, al menos para mí. De todos los musicales que he visto éste es sin duda el mejor.

P.D. Acabo de descubrir que Randal Kleiser, el director de esta película, lo es también de otro gran clásico, "el lago azul".