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Voto de AdolfoOrtega:
1
Terror. Fantástico La prematura muerte de su madre durante un parto, arranca violentamente a Víctor Frankenstein de su idílica vida en Ginebra. Desde ese día, la idea de vencer a la muerte será su obsesión y, por ello, decide estudiar medicina en Ingolstadt. Allí conoce al siniestro profesor Waldman, de quien se rumorea que pasó su juventud estudiando la posibilidad de crear un ser humano. Víctor no sólo se interesa por sus experimentos, sino que está ... [+]
22 de enero de 2012
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kenneth Branagh nos presentó hace ya más de una década una revisión de la novela romántica Frankenstein, de Mary Shelley que, gracias a la magnífica labor cultural que está desarrollando en torno al séptimo arte una cadena televisiva, pudimos ver hace unos días.
La película es mala, muy mala. Personajes mal trazados, giros emocionales inverosímiles, interpretaciones ofensivas al mínimo buen gusto, diálogos pueriles...son algunos de los defectos de la cinta. A mí me ha parecido más parecida a la película de culto, por patética, "plan 9 del espacio exterior", que a la novela decimonónica. "Descargas eléctricas en la pituitaria, así resucitaremos a los muertos...", decía el personaje creado por Ed Wood. Y es que, como abandoné la difícil tarea de tragarme tal pestiño a mitad de faena, no pude ver los títulos de crédito, pero tengo entendido que el asesoramiento científico estuvo a cargo de la pitonisa Lola.
Con todo, no son todos estos errores lo peor de la película, lo más criticable, siquiera porque son tristemente comunes en muchas de las superproducciones de nuestra época. Lo más censurable, en mi opinión, y es lo que justifica mi calificación, es que se haga tan flaco homenaje a lo que el tiempo ha convertido en uno de los iconos artísticos de nuestro siglo. Que se utilice un personaje universal, como Frankenstein, para elaborar un producto de consumo rápido en el que no se atisba el más mínimo gusto estético. Que un director con aires de grandeza desprecie una fuente inacabable de análisis de valores y contravalores humanos (la ambición desmedida, la autoconciencia del mal, el odio implícito a la masa humana, la mezcla de sentimientos opuestos que embargan a la criatura frente a su creador...), como es el mito del moderno Prometeo.
Hace unos días cerraron una conocida página que gestionaba el intercambio libre de archivos desde la red. Dicen que el creador de esta Web se ha enriquecido a costa de la imagen, las ideas y el trabajo ajeno...Pero otros personajes, como Keneth Branagh, también se han hecho de oro atrayendo a incautos como yo, tras apoderarse de algo que no le pertenece, para denigrarlo. Porque, en mi opinión, Frankenstein no es de Mary Shelley. Ni siquiera es de Whale. Y nunca será del ínclito Sr. Branagh. Frankenstein, como el Quijote, La Alhambra o la Venus de Milo es patrimonio de todos y cada uno de nosotros.
AdolfoOrtega
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