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Voto de SiberiaGasteiz:
9
6,5
66.466
Aventuras. Romance
En el siglo IV, Egipto era una provincia del Imperio Romano. La ciudad más importante, Alejandría, se había convertido en el último baluarte de la cultura frente a un mundo en crisis, dominado por la confusión y la violencia. En el año 391, hordas de fanáticos se ensañaron con la legendaria biblioteca de Alejandría. Atrapada tras sus muros, la brillante astrónoma Hypatia (Rachel Weisz), filósofa y atea, lucha por salvar la sabiduría del ... [+]
12 de octubre de 2009
39 de 52 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se apagan las luces, empieza la película...
... dos horas después, el resultado ha sido, si no inmejorable, sí sobresaliente.
Empezaré con una leve crítica. Desde mi egoísta punto de vista, un diez para la película. Pero es cierto que si no se está un poco familiarizado tanto con la historia de la astronomía como con el contexto religioso de la época, puede uno perder el hilo de algunas situaciones. Ahora, pasamos a lo bueno, que es mucho.
Cuando ha terminado la peli, los créditos casi me han dejado en shock, porque desde el primer minuto... ¡había olvidado completamente que se trataba de una película española! ¡Lo digo en serio! Este es uno de los mejores halagos que le puedo hacer... y perdonen la maldad.
La ambientación es soberbia, la recreación de Alejandría me parece muy acertada ya que ni es cartón piedra ni es un canteo de efectos digitales. No sé cómo lo han hecho, pero huele a real, a una Alejandría verídica.
Rachel Weisz lo borda, me encanta la manera en la que interpreta a Hipatia. Algunos críticos dicen que "no nos llega a enamorar"... ¡Evidentemente! He ahí la mejor prueba de la buena actuación de Weisz... Hipatia jamás pretendió enamorar a nadie, pero estamos cargados de prejuicios "hollywoodienses" que nos hacen valorar papeles femeninos en función de sus emociones pseudorománticas, e Hipatia rompe esos esquemas. Claro, a muchos no les cuadra. Eso no significa que Hipatia-Weisz no sea un personaje que transmita emoción, al contrario, todo el tiempo nos transmite su ilusión por alcanzar cotas superiores de conocimiento, su "phylos" por la "sophia" (perdonen el pedanteo). Sin embargo, de la misma forma que no todo el mundo se emociona viendo películas románticas, no todo el mundo es igual de receptivo viendo en la gran pantalla este tipo de "amor". Esto tampoco tiene que ser malo, seamos sinceros... de vez en cuando todos podemos odiar un poquito a Lisa Simpson, pero al menos seamos conscientes de lo que estamos viendo, y seamos, de paso, un poco más sensibles al verlo.
Tampoco creo que los secundarios lo hagan mal. Max Minghella puede parecer un tanto apático, pero es que ese es su papel como esclavo. Si fuera una película de Hollywood, él sería el protagonista y lucharía por conseguir a su amor imposible enfrentándose al prepotente Orestes, el candidato mejor situado a obtener el amor de Hipatia... Gracias a Serapis esta no es una película de Hollywood. El personaje de Orestes también está trabajado de froma interesante; al principio parece simple, pero luego plantea dilemas muy interesantes que enriquecen la película. Y otros secundarios, como el obispo Cirilo o Amonio el parabolano, están de lujo, especialmente éste último.
¡Ah! Y hablando de Amonio, lo del panfleto anticatólico... A mi la película me ha sorprendido precisamente porque no se limita a la acusación fácil contra aquellos cristianos fanáticos, sino que muestra las contradicciones sociales que sustentaron su auge. Y me paso al spoiler...
... dos horas después, el resultado ha sido, si no inmejorable, sí sobresaliente.
Empezaré con una leve crítica. Desde mi egoísta punto de vista, un diez para la película. Pero es cierto que si no se está un poco familiarizado tanto con la historia de la astronomía como con el contexto religioso de la época, puede uno perder el hilo de algunas situaciones. Ahora, pasamos a lo bueno, que es mucho.
Cuando ha terminado la peli, los créditos casi me han dejado en shock, porque desde el primer minuto... ¡había olvidado completamente que se trataba de una película española! ¡Lo digo en serio! Este es uno de los mejores halagos que le puedo hacer... y perdonen la maldad.
La ambientación es soberbia, la recreación de Alejandría me parece muy acertada ya que ni es cartón piedra ni es un canteo de efectos digitales. No sé cómo lo han hecho, pero huele a real, a una Alejandría verídica.
Rachel Weisz lo borda, me encanta la manera en la que interpreta a Hipatia. Algunos críticos dicen que "no nos llega a enamorar"... ¡Evidentemente! He ahí la mejor prueba de la buena actuación de Weisz... Hipatia jamás pretendió enamorar a nadie, pero estamos cargados de prejuicios "hollywoodienses" que nos hacen valorar papeles femeninos en función de sus emociones pseudorománticas, e Hipatia rompe esos esquemas. Claro, a muchos no les cuadra. Eso no significa que Hipatia-Weisz no sea un personaje que transmita emoción, al contrario, todo el tiempo nos transmite su ilusión por alcanzar cotas superiores de conocimiento, su "phylos" por la "sophia" (perdonen el pedanteo). Sin embargo, de la misma forma que no todo el mundo se emociona viendo películas románticas, no todo el mundo es igual de receptivo viendo en la gran pantalla este tipo de "amor". Esto tampoco tiene que ser malo, seamos sinceros... de vez en cuando todos podemos odiar un poquito a Lisa Simpson, pero al menos seamos conscientes de lo que estamos viendo, y seamos, de paso, un poco más sensibles al verlo.
Tampoco creo que los secundarios lo hagan mal. Max Minghella puede parecer un tanto apático, pero es que ese es su papel como esclavo. Si fuera una película de Hollywood, él sería el protagonista y lucharía por conseguir a su amor imposible enfrentándose al prepotente Orestes, el candidato mejor situado a obtener el amor de Hipatia... Gracias a Serapis esta no es una película de Hollywood. El personaje de Orestes también está trabajado de froma interesante; al principio parece simple, pero luego plantea dilemas muy interesantes que enriquecen la película. Y otros secundarios, como el obispo Cirilo o Amonio el parabolano, están de lujo, especialmente éste último.
¡Ah! Y hablando de Amonio, lo del panfleto anticatólico... A mi la película me ha sorprendido precisamente porque no se limita a la acusación fácil contra aquellos cristianos fanáticos, sino que muestra las contradicciones sociales que sustentaron su auge. Y me paso al spoiler...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
¿Quién da de comer a los hambrientos de Alejandría? ¿Los cristianos que tratan al desposeído como a un igual o los paganos que con el estómago lleno y cinco esclavos pueden permitirse divagar sobre el movimiento de los cuerpos celestes? Amenábar podría habernos mostrado a unos cristianos buenos que dan pan a los pobres y unos cristianos malos que arrasan con todo lo que no acepte su credo, pero no, resulta que el mismo cristiano que asiste al oprimido y busca la libertad del esclavo es el mismo fanático que mata paganos y judíos. No hay respuestas fáciles, la realidad no es fácil. Si pienso en la pérdida que supuso para la humanidad la destrucción del Serapeum, me entran ganas de defenderlo hasta la muerte frente a esos ignorantes fanáticos. Pero si me pongo en la piel de un esclavo me hubiera unido sin dudarlo a Davo en la destrucción del Serapeum, volcando toda mi rabia en aquel símbolo de mi opresión. Carl Sagan decía que si la Biblioteca de Alejandría no hubiera sido destruida ahora tendríamos colonias en Marte. Habría que añadir que, tal vez, construidas por esclavos. Vale, me he puesto demagógico, pero el asunto da que pensar.
Y si con esta película se siente ofendido algún ateo, católico, judío o pagano, realmente el problema radica en él (¿no sería maravilloso que surgiera un colectivo de paganos ofendidos?).
Por otra parte, me han encantado los travellings con los que Amenábar se deleita. Creo que tienen mucha miga, aunque tendría que verla otra vez para comprobarlo. ¿Soy el único que cree que esos travellings tienen bastante relación con el movimiento de los "cuerpos errantes"? Incluso se nos regala un movimiento de cámara en sentido elíptico con el faro de Alejandría ocupando la posición de uno de los focos de la elipse, en alusión al movimiento de nuestro planeta. Esto último no lo tengo confirmado, pero me dio esa sensación mientras veía la película. Algo parecido pasa en el momento en el que los parabolanos destruyen el Serapeum, y la cámara comienza a trazar movimientos circulares mientras los rollos de papel surcan el cielo a la manera de cuerpos celestes, con el óculo del techo como elemento central. La primera parte de la película termina ahí, y la segunda, de manera análoga, también, cuando ya no es la sabiduría de los libros la que se pierde, sino la de Hipatia misma, nuevamente bajo la forma del óculo, convertido en elipse desde la perspectiva de Hipatia. "Allí donde se queman libros, se acaban quemando personas", máxima literal en este caso. Nos queda el consuelo de saber que Hipatia, ante la forma elíptica que daba sentido a la estructura del cosmos, moría feliz tal y como ella había anunciado antes. Cito de memoria: "Si consigo comprender aunque sólo sea un poco más sobre ello (el universo), podré morir feliz".
Vale, no es plausible pensar que Hipatia se anticipara más de mil años a Kepler, pero sobre la vida de Hipatia sólo podemos especular, y Ágora es una de las especulaciones más hermosas que podían haberse hecho.
Y si con esta película se siente ofendido algún ateo, católico, judío o pagano, realmente el problema radica en él (¿no sería maravilloso que surgiera un colectivo de paganos ofendidos?).
Por otra parte, me han encantado los travellings con los que Amenábar se deleita. Creo que tienen mucha miga, aunque tendría que verla otra vez para comprobarlo. ¿Soy el único que cree que esos travellings tienen bastante relación con el movimiento de los "cuerpos errantes"? Incluso se nos regala un movimiento de cámara en sentido elíptico con el faro de Alejandría ocupando la posición de uno de los focos de la elipse, en alusión al movimiento de nuestro planeta. Esto último no lo tengo confirmado, pero me dio esa sensación mientras veía la película. Algo parecido pasa en el momento en el que los parabolanos destruyen el Serapeum, y la cámara comienza a trazar movimientos circulares mientras los rollos de papel surcan el cielo a la manera de cuerpos celestes, con el óculo del techo como elemento central. La primera parte de la película termina ahí, y la segunda, de manera análoga, también, cuando ya no es la sabiduría de los libros la que se pierde, sino la de Hipatia misma, nuevamente bajo la forma del óculo, convertido en elipse desde la perspectiva de Hipatia. "Allí donde se queman libros, se acaban quemando personas", máxima literal en este caso. Nos queda el consuelo de saber que Hipatia, ante la forma elíptica que daba sentido a la estructura del cosmos, moría feliz tal y como ella había anunciado antes. Cito de memoria: "Si consigo comprender aunque sólo sea un poco más sobre ello (el universo), podré morir feliz".
Vale, no es plausible pensar que Hipatia se anticipara más de mil años a Kepler, pero sobre la vida de Hipatia sólo podemos especular, y Ágora es una de las especulaciones más hermosas que podían haberse hecho.