Fueron la gran esperanza del cine en los 70, con "Serpico" uno y "Taxi driver" el otro, y nunca habían compartido tantos planos juntos (excepto "Heat", aunque los planos fueran rodados por separado). Van cogiditos de la mano todo el metraje.
La filmografía interminable de De Niro está llena de bodrios, junto a interpretaciones memorables puntuales.
Obviamente, la película se salva por ellos dos, magníficos, si bien entristece verles tan mayores. Qué hubiera sido hace 20 años, por ejemplo. Y se salva por un guión muy hábil que pasea al espectador por el engaño durante más de 1 hora, el asesino no es el que apuntan las sospechas.