Un problema de muchas películas de carretera es que realmente pasa muy poco en ellas. Ese reproche no se le puede hacer a Huida a medianoche. Partiendo de un guion muy entretenido de George Gallo, la película narra las peripecias de Robert De Niro, cazarecompensas, que debe entregar en Los Ángeles a un fugitivo (Charles Grodin) al que ha capturado en Nueva York. Puro entretenimiento sin pretensiones pero sin caer en la infantil banalidad de muchas películas con ese propósito. Juegan a su favor la química entre De Niro y Grodin (en un papel que por suerte no incorporó el inaguantable Robin Williams, como estaba previsto) y la banda sonora de Danny Elfman, más alegre que sus habituales composiciones para Tim Burton. Huida a medianoche no suele aparecer citada entre las grandes películas de Robert De Niro, pero es una de las grandes películas de Robert De Niro.