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Voto de sauroctono:
9
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419
Drama
Después de varios años de matrimonio, Cristina logra, por fin, quedarse embarazada. Poco antes de dar a luz, el susto que le produce un perro precipita el parto, y el niño nace muerto. Para ayudarla a olvidar lo sucedido, su marido la lleva a la playa, donde encuentran un perro muy parecido al causante de la desgracia. Aunque al principio el animal la atemoriza, acaba encariñándose con él y llevándoselo a casa. El perro acaba ... [+]
13 de febrero de 2023
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ví esta memorable película hace ya muchos años. Luego la he visionado un par de veces más, y nunca me deja indiferente. Me veo en la necesidad de brindarle un comentario... "bestialmente" honesto.
Sí, porque estoy leyendo críticas donde se aborda la trama, a mi entender, con demasiados rodeos; invocando simbolismos, tótems y críticas sociopolíticas que, aunque compartiría en su esencia cualquier día del año, creo que no corresponden con la película. Siento que no va de eso. Yo, al menos, he visto otra película.
Opino que muchas veces se confunde el simbolismo con el puro contexto narrativo, o el propio momento histórico en el que se rueda la película. ¿Por qué? Pues no sé, supongo que hay mensajes complicados de dar, y que hay que camuflar para esquivar la censura o las mentes más impenetrables. Pero pienso que en esta ocasión ocurre exactamente lo contrario: el mensaje es bastante sincero, directo y cristalino; pero resulta tan brutal, tan duro y difícil de digerir que quizá sea mejor buscarle una explicación simbólica para que todo entre mejor, y así de camino le damos un ropaje un pelín más convencional.
Por situarnos: La película se rueda en plena transición. La censura se ha tomado unas vacaciones, y es el momento perfecto para que el cine aborde temas delicados, impensables hasta entonces: temás políticos y de denuncia social. Delincuencia. Terrorismo. Abuso policial. Iglesia. Drogas. Prostitución. Homosexualidad. Travestismo. Transexualidad, etc.. Eran obras sobre temas que entonces se consideraban tabú, y por eso eran atractivas, pero además necesarias (educativas incluso). Curiosamente, pensaríamos que hoy día esos temas ya no son tan tabú, que hoy hay más libertad y apertura de mente. Pero es falso: hoy no podrían hacerse películas tan explícitas.
Pues bien, en ese contexto, Eloy de la Iglesia hizo una película -hay que decirlo- muy valiente sobre un tema muy, muy, MUY delicado. Y no es que sea una película adelantada a su época. Es que simplemente no se va a volver a hacer algo parecido. Ni siquiera la sinopsis es honesta, porque la censura hace tiempo que despertó, y con fuerza. Y lo que es peor: también la autocensura.
Pero recuerden: se hacían películas sobre temás complicados. Y eran temas complicados porque eran temas reales.
Mejor me explico en la zona spoiler. Entrad libremente y bajo vuestra entera responsabilidad. Pero aviso: yo soy el niño que dice que "el rey va desnudo".
Sí, porque estoy leyendo críticas donde se aborda la trama, a mi entender, con demasiados rodeos; invocando simbolismos, tótems y críticas sociopolíticas que, aunque compartiría en su esencia cualquier día del año, creo que no corresponden con la película. Siento que no va de eso. Yo, al menos, he visto otra película.
Opino que muchas veces se confunde el simbolismo con el puro contexto narrativo, o el propio momento histórico en el que se rueda la película. ¿Por qué? Pues no sé, supongo que hay mensajes complicados de dar, y que hay que camuflar para esquivar la censura o las mentes más impenetrables. Pero pienso que en esta ocasión ocurre exactamente lo contrario: el mensaje es bastante sincero, directo y cristalino; pero resulta tan brutal, tan duro y difícil de digerir que quizá sea mejor buscarle una explicación simbólica para que todo entre mejor, y así de camino le damos un ropaje un pelín más convencional.
Por situarnos: La película se rueda en plena transición. La censura se ha tomado unas vacaciones, y es el momento perfecto para que el cine aborde temas delicados, impensables hasta entonces: temás políticos y de denuncia social. Delincuencia. Terrorismo. Abuso policial. Iglesia. Drogas. Prostitución. Homosexualidad. Travestismo. Transexualidad, etc.. Eran obras sobre temas que entonces se consideraban tabú, y por eso eran atractivas, pero además necesarias (educativas incluso). Curiosamente, pensaríamos que hoy día esos temas ya no son tan tabú, que hoy hay más libertad y apertura de mente. Pero es falso: hoy no podrían hacerse películas tan explícitas.
Pues bien, en ese contexto, Eloy de la Iglesia hizo una película -hay que decirlo- muy valiente sobre un tema muy, muy, MUY delicado. Y no es que sea una película adelantada a su época. Es que simplemente no se va a volver a hacer algo parecido. Ni siquiera la sinopsis es honesta, porque la censura hace tiempo que despertó, y con fuerza. Y lo que es peor: también la autocensura.
Pero recuerden: se hacían películas sobre temás complicados. Y eran temas complicados porque eran temas reales.
Mejor me explico en la zona spoiler. Entrad libremente y bajo vuestra entera responsabilidad. Pero aviso: yo soy el niño que dice que "el rey va desnudo".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
La película trata sobre la zoofilia.
Ea, ya está dicho. ¿A que no era tan difícil?
Que sí, que sí. Que la transición, lo de los abogados de Atocha, el marido facha, el cura, el machismo. Y las ideas políticas del propio director. Pero "La Criatura" es la película sobre zoofilia que hizo Eloy de la Iglesia. Buscar otra explicación es, en mi opinión, querer engañarse, o no querer ver las cosas (autocensurarse).
Sinceramente, creo que he captado la trama de la manera más honesta que me es posible. A ver: Cristina es una mujer que vive un matrimonio infeliz junto a un marido al que detesta profundamente. Es una farsa de pareja. A partir de un suceso traumático, despierta su verdadera sexualidad y, en pocas palabras, acaba sustituyendo al marido por un perro (Bruno) al que recogen de la calle. La verdad, no sé como decirlo sin que nadie se escandalice. Es que la peli va de eso, vaya. Solo hay que verla.
Como el asunto es peliagudo, entenderán que quiera dejar claro que yo no soy para nada experto en el tema y no hablo con conocimiento propio ni ajeno. Pero al menos no me chupo el dedo, intento entender el mundo en el que vivo y sé que estas cosas existes, han existido y existirán. Y no juzgo. El ser humano es complicado. Estoy seguro de que hay muchas Cristinas en el mundo, y que su vida no debe ser nada fácil. De tal modo que Eloy de la Iglesia dijo "voy a hacer una película sobre estas personas". Y una con final feliz, por cierto. Lo que demuestra el tipo de película en plan "desagravio hacia un colectivo incomprendido" propio de este tipo de cine.
El director aborda el tema de una manera directa, pues la extravagante relación entre Cristina y Bruno, y los vanos y patéticos intentos del marido por recuperar su lugar en el lecho conyugal son la única trama existente. Todo lo demás, es puro contexto y accesorio.
La pelí no da lugar a la ambigüedad, pero afortunadamente tampoco al morbo (a diferencia de otras películas setenteras sobre similar temática). Quiero decir con esto que se deja ver sin hacerte sentir especialmente incómodo. El enamoramiento de Cristina hacia Bruno es evidente desde el minuto uno, y el sexo entre ambos es implícito (no hay escenitas desagradables), pero es bastante obvio. La peli no pretende jugar al despiste.
Hay momentos que yo llamo "de código oculto" (pero nada difíciles de descrifrar), que despejan toda duda sobre adonde nos lleva la peli. La relación entre Cristina y Bruno es compleja. Por ejemplo: el momento de celos de Cristina con una perra, a la que mata por verla como una rival. O la profesora del pueblo, una soltera de mediana edad amante de los perros, quien le confiesa a Cristina algo así como "Señora, sé lo que siente. Esto es algo que la mayoría de la gente no entiende". Dando a entender claramente que ella también es de la misma condición. De hecho Cristina capta el mensaje al instante, e incluso tiene una pesadilla donde vuelven a aflorar sus celos enfermizos. Es muy evidente adonde te quiere dirigir la película, la verdad.
Quizá el único momento de ambigüedad y morbo (y un poco escabroso, por cierto) sea precisamente el final, que es el que da título a la obra, y que da pie a "oscuras" interpretaciones.
A Cristina le dan la noticia de que está embarazada, y su reacción, tras unos segundos de duda, es ir a recuperar inmediatamente a Bruno de las garras de la profesora esa del pueblo. El reencuentro es emotivo. Luego, decide por fin abandonar al marido, quien acepta resignado. La extraña pareja se traslada a una apartada casa de campo, lejos de las miradas de la sociedad, donde "vivirán felices por siempre".
La escena final nos muestra a Cristina y Bruno felices, jugando (un poco histérica ella, la verdad). Ella, preñadísima. Está claro que, después de mucho sufrimiento y lucha, La mujer por fin ha conseguido la vida que tanto anhelaba. Ahora todo es perfecto.
La última imágen es un fotograma congelado del enorme vientre de Cristina, de donde pronto nacerá "la criatura".
Ea, ya está dicho. ¿A que no era tan difícil?
Que sí, que sí. Que la transición, lo de los abogados de Atocha, el marido facha, el cura, el machismo. Y las ideas políticas del propio director. Pero "La Criatura" es la película sobre zoofilia que hizo Eloy de la Iglesia. Buscar otra explicación es, en mi opinión, querer engañarse, o no querer ver las cosas (autocensurarse).
Sinceramente, creo que he captado la trama de la manera más honesta que me es posible. A ver: Cristina es una mujer que vive un matrimonio infeliz junto a un marido al que detesta profundamente. Es una farsa de pareja. A partir de un suceso traumático, despierta su verdadera sexualidad y, en pocas palabras, acaba sustituyendo al marido por un perro (Bruno) al que recogen de la calle. La verdad, no sé como decirlo sin que nadie se escandalice. Es que la peli va de eso, vaya. Solo hay que verla.
Como el asunto es peliagudo, entenderán que quiera dejar claro que yo no soy para nada experto en el tema y no hablo con conocimiento propio ni ajeno. Pero al menos no me chupo el dedo, intento entender el mundo en el que vivo y sé que estas cosas existes, han existido y existirán. Y no juzgo. El ser humano es complicado. Estoy seguro de que hay muchas Cristinas en el mundo, y que su vida no debe ser nada fácil. De tal modo que Eloy de la Iglesia dijo "voy a hacer una película sobre estas personas". Y una con final feliz, por cierto. Lo que demuestra el tipo de película en plan "desagravio hacia un colectivo incomprendido" propio de este tipo de cine.
El director aborda el tema de una manera directa, pues la extravagante relación entre Cristina y Bruno, y los vanos y patéticos intentos del marido por recuperar su lugar en el lecho conyugal son la única trama existente. Todo lo demás, es puro contexto y accesorio.
La pelí no da lugar a la ambigüedad, pero afortunadamente tampoco al morbo (a diferencia de otras películas setenteras sobre similar temática). Quiero decir con esto que se deja ver sin hacerte sentir especialmente incómodo. El enamoramiento de Cristina hacia Bruno es evidente desde el minuto uno, y el sexo entre ambos es implícito (no hay escenitas desagradables), pero es bastante obvio. La peli no pretende jugar al despiste.
Hay momentos que yo llamo "de código oculto" (pero nada difíciles de descrifrar), que despejan toda duda sobre adonde nos lleva la peli. La relación entre Cristina y Bruno es compleja. Por ejemplo: el momento de celos de Cristina con una perra, a la que mata por verla como una rival. O la profesora del pueblo, una soltera de mediana edad amante de los perros, quien le confiesa a Cristina algo así como "Señora, sé lo que siente. Esto es algo que la mayoría de la gente no entiende". Dando a entender claramente que ella también es de la misma condición. De hecho Cristina capta el mensaje al instante, e incluso tiene una pesadilla donde vuelven a aflorar sus celos enfermizos. Es muy evidente adonde te quiere dirigir la película, la verdad.
Quizá el único momento de ambigüedad y morbo (y un poco escabroso, por cierto) sea precisamente el final, que es el que da título a la obra, y que da pie a "oscuras" interpretaciones.
A Cristina le dan la noticia de que está embarazada, y su reacción, tras unos segundos de duda, es ir a recuperar inmediatamente a Bruno de las garras de la profesora esa del pueblo. El reencuentro es emotivo. Luego, decide por fin abandonar al marido, quien acepta resignado. La extraña pareja se traslada a una apartada casa de campo, lejos de las miradas de la sociedad, donde "vivirán felices por siempre".
La escena final nos muestra a Cristina y Bruno felices, jugando (un poco histérica ella, la verdad). Ella, preñadísima. Está claro que, después de mucho sufrimiento y lucha, La mujer por fin ha conseguido la vida que tanto anhelaba. Ahora todo es perfecto.
La última imágen es un fotograma congelado del enorme vientre de Cristina, de donde pronto nacerá "la criatura".