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España España · Madrid
Voto de al_warr:
9
Drama En una mansión, cuatro señores se reúnen con cuatro exprostitutas y con un grupo de jóvenes de ambos sexos, partisanos o hijos de partisanos, que han sido hechos prisioneros. Nadie en la casa puede eludir las reglas del juego establecidas por los señores; toda transgresión se castiga con la muerte. Además, ellos gozan de la facultad de disponer a su antojo de la vida de los cautivos. (FILMAFFINITY)
17 de abril de 2010
5 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Asqueroso, nauseabundo, desagradable, inconcebible, cruel, depravado, despiadado. Así es todo lo que vemos durante las dos horas de "Saló". Pocas películas destacan por presentar un horrible surtido de parafilias sexuales. ¿Por qué entonces esta generosa calificación?

En primer lugar, porque el buen cine no es necesariamente el que entretiene o el que hace disfrutar. "Saló" no es una película para recordar con una sonrisa. Ni mucho menos. Es una buena sacudida en el estómago y en el intelecto, y quien pretenda negarlo es que no es de este mundo. Sin embargo, la virtud de esta película se encuentra precisamente en sembrar la angustia y la hostilidad en el espectador (está lejos, por tanto, de una película pornográfica). Todos los recursos (fotografía, música, escenarios, interpretaciones, guión, etc.) están ordenados para tal fin, y el resultado es tan perfecto que uno parece estar presenciando realmente esas tropelías.

En segundo lugar, porque "Saló" es el culmen del mensaje de Pasolini, es su legado. No estamos ante una crítica del fascismo (o del "nazifascismo", como se dice al principio). El uso de una simbología no es más que un pretexto. Aquí se habla de lo bajo que puede caer el ser humano, especialmente cuando está abonado al poder (sea el económico, el político, el religioso, etc.) y no se sabe qué hacer con él. "Saló" es también una crítica al adormecimiento, actitud que históricamente se ha identificado por la burguesía (tan vilipendiada por Pasolini). Se reprochan actitudes como volver la cabeza a otro lado ante la explotación del débil, hacerse el miope, actuar con frivolidad, bailar un "vals" mientras cerca se viola, se tortura o se mata.
Este mensaje tan intemporal (tan moderno, para quienes identifican la coprofagia con la comida basura y la explotación sexual con la dictadura de la imagen y el cuerpo) le permite a "Saló" resistir el paso del tiempo, a diferencia de otros títulos de Pasolini, como "Teorema".

Con todo, posiblemente no la vea en mucho tiempo. Hasta que vuelva a necesitar un nuevo mazazo en la conciencia.
al_warr
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