Esta película es un claro ejemplo de como realizar una buena producción con una cantidad justa de presupuesto. El guión está muy bien elaborado, no en vano la propia película está recomendada por Stephen King. Si has leído libros de este autor, probablemente te recordarán a alguno de ellos. En principio puede parecer otra innecesaria vuelta de tuerca a la película Seven, pero nada más alejado de la realidad. Es una intrigante e incómoda historia de un padre viudo y sus dos hijos, que se va hundiendo en su propia demencia, arrastrando consigo a sus hijos. Tiene como señas de identidad el hecho de tratar en primera persona la historia desde el punto de vista del hijo mayor, y por si no fuera poco el mantener durante el metraje un alto grado de coherencia en cuanto a los dilemas morales que a este se le plantean. La absorvente historia es el puntal principal sobre el que descansa el éxito de la película. Sus inusuales y dementes acciones te mantendrán en tensión, aunque advertir que pueden molestar ciertos planteamientos y justificaciones para aquellas personas que sean religiosas.
El director de la película es Billy Paxton, un conocido actor que se estrenaba detrás de las cámaras con esta cinta. Su debut no podría haber sido mejor, aunque es una lástima que no lo acompañara con un rotundo éxito de taquilla. Sabe darte pequeñas pistas, insuficientes para conseguir reconstruir completamente la película, como mucho para sugerirte por donde va la trama, pero que en el momento de entender todo lo que ha pasado, encaja todo a la perfección. Es interesante como este thriller sin apenas escenas de acción, o al menos no mostradas con toda el detalle y notoriedad que podríamos esperar, no se vea resentido por ello y sea capaz de agradar.
Billy Paxton además de ser el director, se reservó el papel como el padre desequilibrado de los críos. Aunque desde entonces no ha destacado en ningún papel, obtuvo un resultado excepcional aquí, tal vez porque no se sentía restringido por la visión del director, él mismo, o sencillamente porque tenía aun más interés de lo habitual en que esta obra triunfara. Powers Boothe y Matthew McConaughey desarrollan una correcta interpretación, sus trabajo resultan creíbles, pero pasan menos tiempo en pantalla de lo que esperaba. La sorpresa proviene de los dos niños, es aquí donde se definía si la película resultaría aceptable o buena, pues es una incógnita como iban a responder. La elección no pudo ser mejor y tanto Matt O'Leary interpretando al joven Femton, como Jeremy Sumpter siendo al joven Adam consiguen entrar en su papel.
Yo recomendaría ir a verla sin demasiadas pretensiones, porque es así como me sorprendió a mí, además no creo que sea la mejor película a elegir si eres religioso, puede herir sensibilidades.