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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Aventuras. Acción. Romance En el año 1193 A.C. el joven Paris (Orlando Bloom), hijo de Príamo y príncipe de Troya, rapta a su amada Helena (Diane Kruger), esposa de Menelao, el rey de Esparta, lo que desencadena la Guerra de Troya, en la que se enfrentan griegos y troyanos. Comienza entonces el asedio de la ciudad de Troya por parte del ejército griego, que duraría más de diez años. Aquiles (Brad Pitt) era el gran héroe de los griegos, mientras Héctor (Eric ... [+]
8 de abril de 2013
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Libérrima y anabolizada adaptación de los cantos homéricos. La industria estadounidense saca músculo en esta paquidérmica producción con reparto de campanillas. El denostado Petersen arma un espectáculo vigoroso que discurre, en general, con buen pulso. Lo salpimenta con batallas multitudinarias- si bien es cierto que algunas adolecen de cierto amontonamiento- y discursos épicos que incluso logran- por poco- eludir el sonrojo. El resultado, por más que a tantos pese, es ciertamente satisfactorio. No en vano la pluma de David Benioff, Dios Creador de "Juego de Tronos", firma el guión.
A la cabeza del bello reparto y- me atrevería a afirmar- como máximo reclamo comercial del film, encontramos a un "Barbie" Pitt que luce unos tirabuzones que ni los de Shirley Temple. También posturea más que Cristiano Ronaldo, suelta unos cuantos mandobles tan antinaturales como fotogénicos y, ya que está, se arranca por una versión introspectiva a la par que sexy del río de Heráclito. Lo que le faltaba a su amaneramiento, ponerse una minifalda. Como actor sigue siendo pésimo. Igual que Eric Bana y Orlando Bloom, aunque éstos tienen la decencia de hacer menor ostentación de sí mismos. Al que más cómodo se ve es, sin duda, a Brian Cox en la pérfida piel de Agamenón de Micenas. Peter O´Toole, por su parte, constituye la manifestación más palmaria de los contraproducentes efectos del consumo desmedido de ciertas sustancias. El elenco femenino muestra unas aptitudes interpretativas muy superiores a las de sus fornidos y depilados contrapartes. Y también ellas están para mojar pan. Porque una cosa no quita la otra.
Ya para terminar, y sin ánimo de "spoiler", en la versión que nos ocupa Aquiles y Patroclo no son novios sino primos. Director y guionista no debían de estar al tanto del dicho popular. Y es que cuanto más primo... Pues eso.
Carorpar
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