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España España · Valencia
Voto de Carorpar:
6
Comedia. Drama. Romance Hollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro. (FILMAFFINITY)
26 de enero de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Favorita, o una de ellas, en la próxima ceremonia de los óscar, se trata posiblemente de la película del año. Probablemente no sea la mejor, sí la que más ha dado que hablar. Porque es en blanco y negro. Hermoso blanco y negro. Porque es muda. Porque es valiente. Porque vivimos, o morimos, una era de bodrios neocamp como "Avatar" y "Crepúsculo".
Dije muda: pretendidamente muda. No ya por el intercalado puntual de ruidos, risas y voces, o no sólo por eso. Principalmente por la ausencia, salvo en ciertas escenas (las carcajadas de Valentin durante la prueba de sonido realizada a su maltratada y oxigenada partenaire), de la sobreactuación propia de dicho tipo de cine. Una ausencia que no sé si considerar de agradecer (para el espectador actual) o si de lamentar por lo que de pérdida de encanto ella conlleva.
Hablando de las interpretaciones; Dujardin, apellidado Valentin en el film y que, según algún crítico, a quien se parece es a Fairbanks, a mi me recuerda, más bien, a Gene Kelly. Berenice Bejo, no sé si más simpática que preciosa o a la inversa, constituye una muy agradable sorpresa. En cuanto a la terna americana, estupendos el flemático y fiel chófer, el mayeriano productor y la aburrida e insatisfecha esposa de la estrella que componen, respectivamente, James Cromwell, John Goodman y una amatronada Penelope Ann Miller.
Quisiera destacar, para ir acabando con esta reseña, dos aspectos más. De un lado la música, si importante en el sonoro, fundamental en el mudo. Dotada de un acertado tono melodramático, en ocasiones recuerda el tema amoroso del Espartaco de Kubrick. De otro, la recreación desenfadada de los años dorados de Hollywoodland.
En definitiva, "The artist" no es "El crepúsculo de los dioses", ni "Cantando bajo la lluvia". Tampoco lo pretende. Se trata de un divertimento sin más. Un divertimento delicioso, eso sí; que a algunos conducirá a ver por vez primera los grandes clásicos del mudo y a muchos otros a revisarlos. Quizá sea ahí donde reside el verdadero enorme valor de esta película.
Carorpar
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