No suelo utilizar las críticas antes de ver una película; éstas me sirven, con posterioridad al visionado de la misma, de instrumento para ampliar las bases de las que parto a la hora de juzgar esa obra concreta y, como no, también para conocer las opiniones de otras personas que, aunque no comparta, son tan válidas y respetables como la mía. En contadas ocasiones leo una crítica con anterioridad (tan solo lo hago con la sinopsis), y cuando por circunstancias determinadas, como en esta ocasión, me avengo a hacerlo, no me dejo influir (o al menos lo intento) por la persona que escribe el comentario. Sin embargo, en este caso sí que sucumbí a las buenas críticas, tengo que reconocerlo, un argumento tan simplón no podía estar bien visto por la mayoría si no ofrecía algo especial. Pues me equivoqué, menuda decepción, es una película tan simple como indica la sinopsis, con la única diferencia de que Juno, al contrario que el resto de las de su género, aporta unas ínfulas cutre-intelectualoides que dan ganas de llorar. Cada película debe ser fiel a sus posibilidades o hará el mayor de los ridículos, y éste es el caso más palpable de ello.

El guión no se puede agarrar por ningún lado: ¿quién se va a creer la actitud del padre ante el embarazo?; ¿es posible que se desarrolle de ese modo la escena de la ecografía?, ja, ja y ja; ¿una supuesta chica madura, interesante (aunque paranoica) y adelantada a su edad se va a enamorar del hortera de los pantalones amarillos?, por favor, seamos serios.

En fin, creo que nunca más veré una crítica antes de ver la película, lo prometo. Aún así, y gracias a un par de escenas (de las que ni me acuerdo) en las que me reí, le pondré un dos. Es fácil echar la vista atrás en el tiempo y encontrar películas mucho peores. Para las siguientes de ese calibre que vengan, dejaré el uno; nunca se sabe lo que te encontrarás en el futuro.