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España España · Barcelona
Voto de Willis:
7
Bélico. Drama Autobiografía del marine SEAL Chris Kyle, un tejano que batió el récord de muertes como francotirador del ejército norteamericano. Kyle fue enviado a Irak con la misión de proteger a sus compañeros. Su puntería y precisión milimétrica salvó incontables vidas en el campo de batalla, por lo que se ganó el apodo de “Leyenda”, pero la noticia de sus hazañas llegó hasta las filas enemigas. Se puso precio a su cabeza y se convirtió en ... [+]
16 de marzo de 2015
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Después de ver el francotirador, pensé inmediatamente en el Sargento York, de Howard Hawks (1941), con Gary Cooper, la mejor película de propaganda bélica y exaltación del gran héroe americano que he visto nunca. 73 años después, Eastwood revisita y actualiza el clásico de Hawks, con grandes similitudes y algunas pequeñas diferencias. Vamos primero con los parecidos.

Basadas en hechos reales. Alvin York fue una leyenda viva, un héroe de la I GM. Su gesta fue llevada al cine para elevar la moral justo antes de la II GM. York rechazó varias ofertas para llevar su vida al cine, parece que no le importaba ni el dinero ni la fama extra, pero no pudo resistirse al proyecto Hawks/Cooper, que era tanto como decir el mejor director y el mejor actor posibles. Chris Kyle fue también una leyenda andante, un héroe americano en la guerra de Irak, en la mejor tradición de los grandes héroes americanos, y su vida ha sido llevada al cine por el mejor director y el mejor actor posibles.

La pureza del héroe. Alvin York, un hombre de campo, un granjero sencillo y humilde, un pacifista, en la iglesia de su pueblo le enseñaron que matar era pecado mortal. Se declaró objetor con total pureza de corazón y cambió de parecer con igual nobleza. Demostró un heroísmo pasmoso, sobrio, casi increíble, sin darse ninguna importancia, sin ninguna pretensión. Simplemente hacia su trabajo y cumplía con su deber. Cris Kyle, otro hombre sencillo y humilde, un cow-boy grandote, con una confianza enorme en si mismo y en su país. Un perro guardián de las ovejas ante los lobos, como le enseño su padre. Indestructible, inquebrantable, un monolito de heroísmo de piedra picada sin ninguna conciencia del tamaño extraordinario y desmesurado de sus gestas. Él simplemente cumple con su deber, protege a los suyos, ama a su país. Asombra su eficacia e impasibilidad, tan sobrio y humilde como York, como todos los verdaderos héroes.

La propaganda del imperio y el insoportable maniqueísmo. Hawks y Eastwood, dos grandes directores, particularmente les doy las gracias por haber hecho mejor y más alegre mi vida. Pero las preguntas surgen ¿Cómo es posible ver la guerra así? Muy buenos (nosotros) y malos muy malos (todos los demás). ¿Cómo es posible no preguntarse por los motivos de la guerra y las razones del otro? ¿Qué mal hemos hecho a esa mujer y a ese niño iraquíes para que prefieran morir lanzando granadas imposibles contra el mejor ejército del mundo, todo antes que rendirse? ¿Qué hemos hecho para que nos odien así? ¿Cómo es posible que un artista no se pregunte por ello y no quiera indagar en la tragedia de los enemigos y los vencidos?

A Hawks estas preguntas le hubieran parecido sospechosas de traición. Sus héroes cantan alegres mientras cumplen la misión de matar enemigos. Eastwood, no nos engañemos, tampoco se plantea ninguna pregunta, pero por lo menos sus héroes no cantan. Y esa es la principal diferencia. Chris Kyle está melancólico y sufre trastorno de personalidad y estrés post traumático, y eso que es un héroe mayúsculo. Las personas normales simplemente no lo soportan. York salvó al mundo y lo sabe, por eso no tiene remordimientos, pero Kyle sabe que es muy dudoso que nos salve de alguna cosa.

Y la eterna pregunta: ¿Debe el arte tener una trascendencia moral? Mi respuesta es sí, pero entonces que hacen estos dos grandes directores ¿No se enteran? Evidentemente si, saben perfectamente lo que hacen: ofrecernos solo una cara de la moneda, solo su versión, solo el retrato emocionado de sus héroes. De ahí también el reproche: ¿Para cuando un vistazo a la otra cara? Parece que tendremos que esperar a un director de otra generación, o a que USA ya no sea un imperio.
Willis
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