H. King se esfuerza tanto en recoger el espíritu de la novela de E. Hemingway que la película tienda a lo libresco. Por eso la prolija descripción de detalles y el colorismo costumbrista ralentizan el dinamismo de la acción.
T, Power ofrece una magistral interpretación -sobria y contundente- que contrasta un poco con la de A. Gardner que, en su apariencia de mujer fatal, a veces muestra rasgos de cierta afectación.
El largometraje, en general, resulta entretenido, las situaciones se presentan con cromatismo cinematográfico y la peripecia argumental siempre está adornada por gran riqueza de matices.
Dramatismo, toros, fiesta, psicología y romance se dan la mano en una producción ambiciosa que sólo cumple a medias las expectativas.