La tormenta del siglo es una de esas películas, (o miniseries en este caso), que es mejor verla con el aire acondicionado a tope, para ayudar a meterse en situación.
La película comienza con la llegada de un extraño a una isla de Maine, ( Stephen King siempre desarrolla sus historias en Maine), y en la que hay una comunidad de pescadores instalada, que se enorgullece de no necesitar nada del exterior, formando una especie de colonia, pero la llegada de “Andre Linoge” y la amenaza de un temporal que incomunicaría la isla durante días hace que se replanteen su situación.
Tiene dos cosas bastante destacables, una es la historia basada en la novela de “King”, en la que “este tipo” pone a la población de la isla en un grave dilema, poniéndome en la situación de ellos sobre todo en la parte final, que es bastante emocionante, la otra es la ambientación, casi desde el principio con los primeros signos del temporal, hasta más tarde que aparece el temporal sobre la ciudad, logrando junto con los efectos especiales artesanales, y la música que transmite frialdad, un ambiente “envolvente” que apenas he visto en otros films.
Lo de las ciudades fronterizas o de los lugares aislados con una amenaza próxima es algo que me gusta ver en una película, sin ir más lejos en “30 días de oscuridad” o en “Phantoms” de 1998, con Peter O´toole.