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España España · Barcelona
Voto de rober:
10
Comedia En una pequeña ciudad provinciana, a unas burguesas ociosas se les ocurre la idea de organizar una campaña navideña cuyo lema es: "Siente a un pobre a su mesa". Se trata de que los más necesitados compartan la cena de Nochebuena con familias acomodadas y disfruten del calor y el afecto que no tienen. Plácido ha sido contratado para participar con su motocarro en la cabalgata, pero surge un problema que le impide centrarse en su trabajo: ... [+]
23 de julio de 2012
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para mí, la mejor película de Berlanga. Para empezar, es una comedia ácida llena de capas, como una gran cebolla... En su momento a muchos les debió de parecer una comedia más o menos costumbrista, con chistes un tanto burdos que podían agradar incluso al censor más cerril. Sin embargo, el guión está lleno de pequeños matices, de pequeñas burlas, gracietas de media sonrisa más que de carcajada que suponen agudos puntazos a la sociedad de la época... Junto con Calle Mayor, aunque con un tono totalmente distinto, la película es la crítica más cruel y despiadada de la España negra de los años 50, en donde los motores básicos eran la hipocresía y la beatería más casposa. Uno ve esta película y se pregunta cuál podía ser el nivel cultural de los jerarcas eclesiásticos de la época. En una sociedad de censura implacable, es llamativo que este tipo de películas pasase la criba sin especial problema...

Formalmente, además, es de las películas más cuidadas de Berlanga. El guión está perfectamente trabado, uno nunca se pierde en un argumento con infinidad de personajes y de historias paralelas pero perfectamente entrelazadas. La acción se nos presenta en perfectos planos secuencia, la cámara sigue a la acción como si estuviésemos espiando a los personajes, pero una gran sobriedad y discreción. La película sirve observar tanto las casas de los poderes fácticos de la ciudad como las de los deheredados de la vida.

Y todo ello con un perfecto estudio del encuadre y de lo que pasa en cada momento. Cada fotograma es una fiesta, uno puede ver la película 100 veces y sigue encontrando pequeños detalles en los que nunca se había fijado. Cada gesto de un personaje en el fondo del cuadro merecería un largometraje por sí solo. Es la película coral por excelencia, no hay nada que sobre, todo tiene un porqué...

Vaya, que me ha entusiasmado una vez más.
rober
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