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Voto de rober:
5
7,5
7.179
Drama
Kile Hadley, un magnate del petróleo, y Mitch Wayne, su mejor amigo y empleado, se enamoran de la misma mujer: la secretaria Lucy Moore. Kile, que es un alcohólico irresponsable, se casa con ella, aunque Mitch está convencido de que con esta boda Lucy comete un gran error. Al cabo de un año, contra todo pronóstico, Kyle parece un hombre nuevo: ha dejado de beber y presta más atención a sus negocios. (FILMAFFINITY)
18 de enero de 2013
10 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Desde mi punto de vista, "Escrito sobre el viento" es un melodrama correcto, realizado por un director con oficio, pero poco más. El techicolor te envuelve. El guión está bien construido a partir de una introducción impactante y de un flashback muy inteligente que determina el punto de vista del espectador. Sin embargo, y no sé bien por qué, a la historia le falta fuerza. Rock Hudson nunca ha sido mi actor favorito, y su personaje desprende demasiada moralina. Es un bueno demasiado bueno. El personaje de Lauren Bacall era, seguramente, el ideal para que la actriz se alejase del cliché de la mujer fatal, pero la verdad es que también termina resultando un tanto soso.
Historia de pasiones, de claros y oscuros, de fatalidad, de amores no correspondidos, de lealtad... El problema es que el tratamiento es demasiado moralizante, el mensaje acaba siendo maniqueo y muy edulcorado. Todo huele a folletín. Es en ese aspecto en el que la película ha envejecido peor, ya que formal y técnicamente me parece muy moderna.
Me quedo con uno de los planos finales, con Dorothy Malone sentada a la mesa del gran despacho, agarrando la maqueta de la torre petrolífera al pie del retrato de su padre, el gran patriarca al que mató a disgustos. Ese plano, de apenas dos segundos, es un modo eficaz con el que el director desea mostrarnos un montón de cosas: la decadencia personal y familiar, la decepción por el amor no correspondido que se va definitivamente, la idea de que el dinero no puede darnos la felicidad...
Muy bien Dorothy Malone, su Oscar puede considerarse merecido. Muy bien también Robert Stack, que desarrolla con verosimilitud un personaje movido por la inmadurez. El problema es que si en una película los secundarios destacan más que los protagonistas, por la razón que sea, el conjunto se resiente.
Historia de pasiones, de claros y oscuros, de fatalidad, de amores no correspondidos, de lealtad... El problema es que el tratamiento es demasiado moralizante, el mensaje acaba siendo maniqueo y muy edulcorado. Todo huele a folletín. Es en ese aspecto en el que la película ha envejecido peor, ya que formal y técnicamente me parece muy moderna.
Me quedo con uno de los planos finales, con Dorothy Malone sentada a la mesa del gran despacho, agarrando la maqueta de la torre petrolífera al pie del retrato de su padre, el gran patriarca al que mató a disgustos. Ese plano, de apenas dos segundos, es un modo eficaz con el que el director desea mostrarnos un montón de cosas: la decadencia personal y familiar, la decepción por el amor no correspondido que se va definitivamente, la idea de que el dinero no puede darnos la felicidad...
Muy bien Dorothy Malone, su Oscar puede considerarse merecido. Muy bien también Robert Stack, que desarrolla con verosimilitud un personaje movido por la inmadurez. El problema es que si en una película los secundarios destacan más que los protagonistas, por la razón que sea, el conjunto se resiente.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El final está cogido con alfileres, en todos los sentidos. Rock Hudson representa el ideal judeocristiano del valle de lágrimas. Puedo entender que si estás enamorado de la mujer de tu mejor amigo no te quede otra que aguantarte mientras veas que ellos son felices. Pero resolver ese conflicto mediante el recurso de guión de "cargarte" a ese amigo, para que la pareja protagonista se junte, de modo que todos sean felices y coman perdices, me parece bastante cargante. Es más, es un recurso fácil que implica un menosprecio para el personaje de la mujer (Lauren Bacall), que de pronto se arroja a los brazos del amigo de su esposo muerto. Vaya, que mis simpatías van con la doliente Dorothy Malone, mucho más auténtica y creíble. Ya sé que es una golfa capaz de hacer mucho daño y que no respeta ni a su padre, pero (quizá por eso último) me parece un personaje mucho más cercano. Hasta su redención final me ha causado una sensación extraña, mezcla de simpatía y repulsión...