Haz click aquí para copiar la URL
España España · Barcelona
Voto de reporter:
7
Comedia. Drama. Romance Durante la final del mundial de fútbol de Sudáfrica se celebra una boda. Ese día, mientras España entera se paraliza, una familia con cinco hijos de nombres bíblicos (Adán, Benjamín, Caleb, Daniel y Efraín) se enfrenta también al partido más importante de su vida. (FILMAFFINITY)
12 de septiembre de 2013
5 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El Mundial de fútbol de Sudáfrica, admitámoslo, fue infumable. Será porque la Eurocopa de dos años antes, excelsa en lo que a épica y a fútbol de calidad se refiere, dejó el listón demasiado alto. Será porque, incluso antes de que empezara a rodar el balón en el partido inaugural, ya estábamos hasta el gorro de la maldita canción de Shakira (si es que realmente era suya). Será porque, con total desagrado, descubrimos qué eran las vuvuzelas... y cómo su sonido retumbaba en nuestro cerebro horas después de que el árbitro hubiera dado por concluido el encuentro de turno. Será porque los patatales en los que se jugó invitaban mucho más a las patadas que no al toque del esférico. Pero, ya se sabe, está bien todo lo que bien termina. Y lo que termina genial, igualmente genial está. Antes, todas las sensaciones (más agrias que dulces) ahora enumeradas... y la selección favoritísima perdiendo su primer partido ante un combinado mucho más débil. Y la memoria, bombardeada por aquellos malditos instrumentos (?) de viento, bu(bu)ceaba de nuevo entre los recuerdos de Tassotti, del hambre de Zubi, de aquel maldito penalti de Raúl y del amigo Ghandour.

No, ni la Roja ni el Mundial empezaron con buen pie. Del mismo modo, la boda de Efraín y Carla, antes incluso de que los invitados hicieran acto de presencia, olía a rotundo fracaso. Adán, el hermano mayor del novio, atravesaba una profunda depresión que parecía haberle aislado del resto del mundo. Mónica, la hermana de la novia, llegaba a la celebración sin haber podido / querido aclarar sus sentimientos hacia Efraín. Caleb y Daniel, otros dos hermanos del novio, temían que reencontrarse dos años después de la última vez que se vieron, fuera a despertar sus viejas rencillas... y que quizás por todo esto, la precaria salud de su padre dijera finalmente ''basta''. De la madre ni se hablaba, se había convertido en un tabú largo tiempo atrás. Las señales que auguraban la fatalidad podían encontrarse por todas partes, y cada cual era más espeluznante. Aunque la que se llevaba la palma, de largo, era la más amarga de las coincidencias: el casamiento iba a coincidir en horario ni más ni menos que con la finalísima del, por aquel entonces, -potencialmente- mejor Mundial de la historia.

A España le faltaba un solo rival para alcanzar una gloria que hasta aquel entonces no había entrado ni el más húmedo de los sueños del más forofo de los forofos... y Efraín y Carla habían decidido casarse aquel mismo día; aquella misma tarde. Para pegarse un tiro. La puntilla; tal vez el golpe de gracia para aquella desgraciada familia. Atrás quedaron los días de -ingenua- esperanza en que los progenitores (pero sobre todo el progenitor), emborrachados del buen rollo que emanaban las partituras de los musicales de la época dorada de Hollywood, emprendieron el proyecto de su vida. 'Siete novias para siete hermanos', rezaba el título del clásico de Stanley Donen. En ella, los hermanos Pontipee, bíblica y alfabéticamente ordenados, dejaban atrás (o quizás no) sus rudos modales y costumbres de leñador para cazar, literalmente, a sus respectivas medias naranjas. La historia, analizada con frialdad, podía llegar a poner los pelos de punta... ¿pero quién podía resistirse al encanto de aquellas sonrisas canallas, de aquellas letras, de aquellas coreografías, de aquellas hachas... en definitiva, de aquella propuesta?

La trampa, eso sí, podía detectarse en el primer fotograma: en aquel coloreado; en el anuncio del Cinemascope... todo era una preciosa mentira. Pero de nuevo: ''¿Y qué? ¿Por qué no intentarlo?'' 'La gran familia española', cuarto -y más redondo- largometraje de Daniel Sánchez Arévalo, empieza hablándonos de un precioso proyecto inacabado, y seguramente fallido. Donde debía haber siete hermanos ''sólo'' aparecieron cinco; donde debía haber comunión, canciones y carcajadas sólo había una sobredosis de caras largas, silencios incómodos, broncas y amargos suspiros por un pasado -supuestamente- mejor. Ni en el peor de los funerales. No obstante, el cineasta de Madrid, después de su aclamado debut, parece tener pensamientos solamente para la comedia... lo cual no implica que las ''sonrisas'' no dejen espacio para las ''lágrimas''. Como en la vida real... y como en las mejores familias. Al fin y al cabo, nada mejor que una reunión con los seres queridos (por llamarlos de alguna manera) para que salga -más bien estalle- lo mejor y lo peor de cada uno. Esto es, ¿qué mejor catalizador emocional que un cumpleaños, o un entierro, o una boda (sinónimos todos ellos para los asuntos que ahora nos conciernen)?

Arévalo lo sabe, por esto no es de extrañar que a lo largo de su carrera, hermanos, padres, madres, primos, suegros y demases se apilen en buena parte de las escenas / situaciones / imágenes propuestas. De esta combinación de ingredientes, ya de por sí altamente volátiles, surge un cóctel obviamente explosivo, difícilmente manejable, y que por lo tanto parece condenado a la más letal y devastadora de las explosiones. ''Fracaso'', lo llaman algunos, ahogados por sus propios sudores fríos, y a fracaso huelen las historias (que no las películas) de Arévalo. Ésta embriagadora peste es la que impregnaba la fatalidad total de 'AzulOscuroCasiNegro', la caprichosa báscula de 'Gordos' y los planes conyugales (así como la ''madurez'') de 'Primos'. Precisamente ésta última empezaba con un corazón hecho pedazos (por incomparecencia) en el altar... y quizás para no desentonar, 'La gran familia española' se presenta, desde el prólogo, emanando el mismo hedor. Para no andarse con rodeos: una familia destrozada se concede una última oportunidad en el momento aparentemente más inoportuno. Catástrofe a la vista.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
reporter
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow