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Voto de Capitan Ahab:
10
Musical. Comedia. Romance Antes de conocer a la aspirante a actriz Kathy Selden (Debbie Reynolds), el ídolo del cine mudo Don Lockwood (Gene Kelly) pensaba que lo tenía todo: fama, fortuna y éxito. Pero, cuando la conoce, se da cuenta de que ella es lo que realmente faltaba en su vida. Con el nacimiento del cine sonoro, Don quiere filmar musicales con Kathy, pero entre ambos se interpone la reina del cine mudo Lina Lamont (Jean Hagen). (FILMAFFINITY)
23 de noviembre de 2018
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La joya de la producción Arthur Freed y la dirección compartida de Stanley Donen y Gene Kelly ha quedado en la historia del cine como una de las películas más queridas por público y crítica y como el mejor musical de su estilo. Es además uno de los pocos musicales antiguos que funciona verdaderamente como comedia y como historia más allá de la calidad de sus números musicales. Con un puñado de canciones como presupuesto básico, los guionistas Green y Comden construyeron una historia sobre la muerte del cine mudo y el nacimiento del sonoro, con sus iniciales esclavitudes y chapuzas técnicas (colocar micrófonos por entre los vestidos de los actores y condenar a la cámara a la inmovilidad, protegida de los ruidos por un bunker), y con el descubrimiento de defectos en las estrellas que la mudez disimulaba, como le sucede al hilarante personaje de Lina Lamont, magníficamente interpretado por Jean Hagen. Además de su valor como crónica caricaturizada de una transformación y sus magníficas situaciones cómicas (los insultos entre Kelly y Hagen mientras simulan decirse frases amorosas en el rodaje de una película muda) y melodramáticas (el descubrimiento de que Lina Lamont es una farsante a quien doblan la voz, con el alzamiento del telón que descubre a la dulce Debbie Reynolds), Cantando bajo la lluvia ofrece el que puede ser el mejor número del cine musical, la pieza que da título a la película con el impactante ballet de Kelly entre charcos en medio de la lluvia, y en definitiva, la mejor concentración de excelencias del musical por metro de celuloide: ese estupendo, aunque algo largo y pretencioso, ballet final al son de Broadway Melody, con la impactante presencia de la escultural danzarina Cyd Charisse; el divertídisimo homenaje al burlesque que realiza un acrobático Donald O’Connor en Make’m laugh; el tierno Good Morning, el también divertido número del trabalenguas Moses suposses, el romántico entre Gene y Debbie en un estudio de los de antes, con brisa y atardecer artificiales, el cómico y acrobático Fit as a fiddler que bailan Gene y Donald violín en mano, y el charleston de Debbie, en plan ricura, en medio de un coro de flappers. Irresistible.
Capitan Ahab
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