La serie es un "lío lioso" de mucho cuidado. Todos mienten aunque nunca digan la verdad... en fin. Está bien realizada, dotada de un ritmo correcto. Con giros que llegados al tercer capítulo marean tanto como si estuviéramos en un tiovivo.

Irene Arcos compone un personaje creíble, dotado de aristas, miedos y dudas... un poco como somos todos cuando nadie nos ve. Natalia Verbeke parece desconocer el trayecto; sobreactuada, con una intervención ridícula, no entiendo quien ha considerado que sería adecuada a ese papel, porque no encaja en el conjunto del reparto.

Lucas Nabort, una actor a tener en cuenta, atentos... si elige con sabiduría sus próximos trabajos podemos encontrarnos con un nuevo gran intérprete, sencillo y sereno; siempre y cuando el éxito no lo descentre.

Debo reconocer que me ha sorprendido Juan Diego Botto, nunca me ha gustado, pero en esta miniserie ha logrado el punto de inflexión para situarse en un lugar privilegiado, trazando una caracterización muy ajustada a lo que de su papel se espera. Felicidades.

Eva Santolaria me ha sorprendido también, aporta un toque lúcido en todo el tremendo despropósito, y lo hace con sobresaliente aplomo y placidez. Mantiene una charla... bueno, no, mas bien es un monólogo con Lucas Nabor, bastante elocuente y esclarecedor (no es spoiler, no descubro nada de la trama).

En conjunto resulta una miniserie entretenida, si aceptas los dislates y las incongruencias que se van desgranando capítulo a capítulo. Pero no nos vamos a "deshuevar" con la nota. La voy a aprobar... si.