Adaptación de la novela de John Banville, resucitando al personaje de Raymond Chandler esta vez interpretado por Liam Neeson, con un guion de Richard Monahan titulada The Black-Eyed Blonde  de 2014 (utilizando el seudónimo de Benjamin Black)  sin embargo, esta historia resulta algo deslavazada y plomiza, no consiguiendo atraparte en ningún momento. 

Estamos en Los Angeles  a finales de los años 30. Marlowe es contratado por la seductora y rica heredera Claire Cavendish, para encontrar a su amante, que desapareció sin dejar rastro. Los primeros pasos de la investigación revelan que sufrió un accidente quedando su cuerpo irreconocible.  A medida que el investigador comienza surgen toda clase de complicaciones, tráfico de drogas, mafia, deudas de juego y ajuste de cuentas.

El detective Philip Marlowe (recordemos, fue interpretado por Bogart o Robert Mitchum con bastante acierto en otras películas), para esta ocasión el elegido es Liam Neeson (en su película número 100), el cual no consigue transmitir el carisma que tiene, construyendo un personaje antipático y poco expresivo por culpa de este malogrado guion. En el reparto nos encontramos a Diane Kruger y Jessica Lange que tampoco brillan, en unos papeles que podrían haber resultado muy interesantes.

Un rodaje en parte en Barcelona y Dublin imitando la ciudad de Los Angeles tampoco queda demasiado natural, Neil Jordan hace lo que puede para desarrollar buenamente esta película cargada de buenas intenciones con un claro intento de homenajear a este tipo de cine negro tan interesante en otras décadas.

Un planteamiento y diálogos demasiado teatrales hacen que el film sea un producto hecho para Tv, una pena, ya que podría haber resucitado a este detective privado tan legendario y a este género ya olvidado.

Tuvimos la oportunidad de verla como clausura del pasado Festival de cine de San Sebastián y ahora se estrena en cines el 12 de mayo de 2023
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