El genio de Polanski queda diluido en este intento de comedia burda, siempre nos quedará en el recuerdo las obras maestras que realizo en el pasado, supongo que la edad ya no perdona, y necesita estos productos ínfimos para sacar algo de dinero y asi sobrevivir a la jubilación.

Su anterior película «El oficial y el espía» a pesar de ganar el premio del jurado en Venecia y el mejor director en los premios Cesar de Francia, provoco una oleada de abucheos y manifestaciones en contra de su persona por los motivos que todos conocemos, que termino con la dimisión de la junta directiva de la academia Francesa de cine. La película era francamente buena, pero todo el jaleo trastoco su exhibición en el mundo, incluso en Estados Unidos no encontró distribuidora.

El guion de Roman Polanski, Jerzy Skolimowski y Eva Piaskowska pretende ser una sátira a esta gente ricachona llena de excentricidades y caprichos que tratan a los sirvientes como esclavos, algo parecido a lo que nos contaba la ganadora de la palma de oro de 2020 «El triángulo de la tristeza» mucho más acertadamente que esta fallida historia firmada por el realizador de «Chinatown».

Ese intento de burlarse de los ricos y su forma de vida no consigue cuajar a pesar de mostrarnos «El palace» un hotel de superlujo en medio de los Alpes suizos donde comienzan a llegar huéspedes adinerados para celebrar el año Nuevo. Estrellas porno, rusos con maletas cargadas de dinero, hombres de negocios dudosos, marquesas parasitas, o ancianos casados con veinteañeras. Toda una variopinta fauna que desprecia a sus sirvientes con sus continuas peticiones absurdas.

Con todo este escenario, la película se esfuerza en hacerte reír, pero no lo consigue en absoluto, llegando en ciertos momentos a pasar vergüenza ajena. Una pena ver como el talento de Polanski del que he sido siempre fan se pierda en productos tan vulgares como este.
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