Vista en una muestra de cine brasileño que se celebra en Madrid, y posiblemente la mejor películas de las proyectadas y más aplaudidas, puede adjudicarse principalmente el éxito al protagonismo brindado por la actriz Andréia Horta, quien encarna a la cantante nacida en Porto Alegre con un carisma y una voz impresionante.

Muy bien recreada la ambientación de aquella época brasileña del 64 al 85 durante la dictadura con el consiguiente retrato al gobierno, en el que por culpa de unas declaraciones que hizo en Cannes llamando al ejército “Gorilas” fue presionada por los militares obligandola a cantar durante una ceremonia oficial. Lo que la llevó a ser criticada por un gran número de personas de la oposición, siendo el principio de un derrumbe emocional que le llevará a su muerte en 1982 con 36 años por un consumo accidental de cocaína y alcohol.

Una conmovedora película con unos buenos numeros musicales que muestra muy bien la vida de esta cantante brasileña (para muchos la mejor de todos los tiempos) como ídolo y como persona. Estupendamente fotografiada por Adrián Teijido y muy bien dirigida por Hugo Prata.
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