Interesante thriller basado en un caso real. Pese a ser violento en su trama, las imágenes pocas veces lo son. Es más lo que se insinúa.

La película comienza con Gosling declarando en un juicio (no sabemos si como testigo o como acusado) y asistimos durante la película a su descripción de los hechos. Pero también veremos otras situaciones que nos dan más información sobre lo que pudo pasar.

Los actores están muy bien: Gosling es creíble como guaperas enamorado, como niño pijo atormentado o como marido irascible. Dunst también: enamorada, preocupada, atemorizada.
La limpieza de mirada de Dunst es genial como contrapunto a la oscuridad y al vacío de un Gosling atormentado.
Los secundarios cumplen con solvencia.

Las imágenes, vestuario, situaciones de una NY en los 70 están muy logradas.

Bien dirigida, subiendo de intensidad poco a poco hasta llegar a un buen primer clímax. Pero todavía queda película...
En la segunda parte se nos cuentan aún más cosas explicando lo que pudo haber pasado. Una vez el director termina de narrar lo que pudo haber ocurrido en el primer suceso asistimos a un segundo clímax, igual de espeluznante y de enfermizo.

El final de la película (recordemos que real) es ya la guinda. Una bastante amarga, por cierto.