Entretenido thriller de secuestros que se sujeta fenomenalmente sobre dos únicas patas.
La primera, una Halle Berry que lo peta. Convincente, expresiva, pasional, sufres con ella en todos sus derroteros por esta persecución.
La segunda, una historia que se cuenta casi en tiempo real. El apremio, la desesperación y la adrenalina van a aparecer también en ti. Pese a las trampas del guión.

Pues sí, un guión en el que la suerte le sonríe a la protagonista en más de una ocasión. Esa parte podrían haberla tratado mejor, con más realismo. Además, esta señora que siembra el caos por donde pasa siempre consigue salir entera, apenas unos rasguños...¡vamos, hombre!

Hay un tufillo a telefilm de sobremesa que sobrevuela todo el rato pero, la verdad, es que el producto funciona bien. No es cine de autor ni lo pretende. Entretiene al espectador y, como éste sea padre/madre, la inmersión en la historia es total. Bien jugado para enganchar al público en sus casas. Sinceramente, ese es el sitio de este film.