Cuando empieza esta película de Pixar uno sabe que no se encuentra ante la típica película de animación. Es cierto que es divertida, fresca, los niños la disfrutarán y los adultos también, pero también tiene una historia que está narrada alejándose en cierto modo de otras películas de animación.
Uno sufre con esa familia de peces payaso, que vivirán una auténtica odisea con el único objetivo de encontrarse.
Durante este viaje en busca de los seres queridos, cada uno crecerá por dentro y derribará las barreras que se han puesto para que la vida no les afecte. Cada uno de estos peces conocerá a otros personajes que les enseñaran los verdaderos valores de la vida y que para poder aprender y vivir hay que arriesgrarse y, algunas veces sufrir.
El trabajo de animación es soberbio, y uno puede ver un mundo submarino lleno de color y observar a unos animales que algunas veces parecen hasta reales.
Cada personaje es único y encantan desde el primer momento. Desde los peces del acuario, hasta las tortugas, los pelícanos, o las estúpidas gaviotas y la maravillosa Dolly que no es capaz de memorizar absolutamente nada.
En fin, grandísima película de animación con la que disfrutarán tanto los mayores como los niños, y que tiene una calidad grandísima que no decepcionará a nadie. Pixar nos ha resgalado una aventura a través del mar, en busca de algo más que un pez; uno viaja en busca de una felicidad que se va alcanzando en cada fotograma.