Una muy buena puesta en escena de esta novela de Tolkien. Quizás en algunas escenas se hace un poco pesada, aunque no por eso deja de ser una muy buena película. Cabe destacar el acierto del director para eligir a los actores y la disposición de todos para hacerla única, irrepetible y con las ganas naturales de ver la segunda parte.

El comienzo es tranquilo, ameno y ágil, la calma antes de la tempestad que, por supuesto, no tarda en aparecer.

Personalmente, destaco sobre todo el estupendo trabajo de Elijah Wood, el jovencísimo Frodo, cuyo rostro angelical no deja adivinar su excelente trabajo. Y también, el de Orlando Bloom. Comenzó con fuerza en la película y se siguió creciendo hasta una altura insospechada. Creó expectativas que cumple aún.

La música está muy acorde a las escenas y eso tal vez sea bueno, de hecho lo es, aunque en ocasiones la música sobra, pues solo con los comentarios y los rostros de los personajes, se puede oir la música.