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España España · Santa Cruz de Tenerife
Voto de Travisloock:
8
Drama. Romance Tras una ausencia de treinta años, el escritor Fernando Vallejo vuelve a Medellín (Colombia), ciudad donde creció. No queda gran cosa de lo que había dejado: sus padres están muertos, una parte de la ciudad ha sido destruida, la mafia de la cocaína siembra el terror mediante bandas de asesinos... En un burdel de chicos encuentra a Alexis, de dieciséis años. Alexis forma parte de estos asesinos que matan a sueldo y que a su vez son ... [+]
24 de febrero de 2012
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Lo ideal, y ahí estábamos todos de acuerdo, sería llegar casa a casa y raptar a todos los niños destetados. Directamente, de la teta a la comuna. Los humanos aprendemos muchísimo más que un idioma en los primeros años, y a todos esos detalles lo llamamos valores y educación.

Dicho de otra manera, en los países de "cerdos" (P.I.G.S)* y nuestras maravillosas excolonias, nos enseñan a ser los futuros Felipes González, Garzones, Camps, Urdangarines, etc. A ser jetas, pero jetas de verdad. Si a eso juntas la institucionalización de armas y caciquismo, tienes el desaguisado que es Sudamérica. ¿Alguien se cree que Brasil será mejor país (y sociedad) de aquí a 10 años? Por favor...

He visto una sociedad utópica como la alemana donde que gobierne Merkel o los socialistas es prácticamente igual. Es una prueba de que las ideas no son importantes si no hay educación. Estoy viendo crecer a Sonja e ir al kinder desde los 2 años. Ante la preocupación de una madre coraje española, el padre le decía que la niña tendría que convivir con los niños de su edad y aprender todo lo que en la educación no son numerajos y garabatos, aritmética y gramática. Y es en esa edad antes de empezar la erudición: desde aprender a comer, o cruzar la calle, el compartir la plastilina o esperar tu turno.

No, todo eso no se aprende en "educación para la ciudadanía". Se dan las cachetadas y nalgadas antes o no se dan.

El antisistema que se lamentaba por la clausura del diario "Público", estaba a favor de este método, y decía: "sí, como cuando decían que Fidel se llevaba a los niños para comérselos". Bueno, más o menos.

Desde la ley de Licurgo se sabe, y no hace tiempo ni nada, que para educar a una sociedad se ha de "robar niños". Parafraseando al político lacedemonio, "No me importa si ley de Esparta es moralmente aceptable o no, lo único que me importa es que sea coherente".


Me gusta esta película por la mano de Vallejo. Me gusta que la protesta social sea una protesta individual. Qué sórdido queda ese tour por iglesias de Medellín de dos figuras tan devotas: el homosexual y el sicario. El retrato señala la extraña devoción de los jóvenes sicarios por las vírgenes, a mí siempre me ha llamado la curiosidad la de los homosexuales...un clásico.

Y aunque la dirección sea protocolaria y pocas escenas sean llamativas, hay en el film un cierto cuajo de atmósfera endiabladamente bella por su "feismo", cierta claustrofobia de valle preandino maldecido y "cine estancando" que puede disfrutar un masoca esteticista que le importa un pepino el cine como medio de crítica, la memoria histórica y la conciencia social.

(Continua spoiler sin peligro)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Travisloock
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