Uno de los problemas de este género denominado thriller es que no importa tanto su contenido como sí importa sobremanera su formato. Y el formato de un típico thriller de los 90 ha variado bastante en los thrillers que vemos en el 2000. Basta sólo con prestar atención a las músicas ampulosas, a la narrativa vueltera explícita y al carácter camaleónico de los personajes para situarnos casi por axioma en un clásico thriller de una época ya pasada.

Pues Análisis final hoy por hoy resulta estancada por culpa de un formato. Difícil divisar méritos o errores cuando todo obedece a una fórmula que se multiplica como el cáncer. De todas formas esto no invalida el pretender juzgar a la peli dentro de su época precisa: y esta obra sin dudas sale perdiendo. A la tercera vuelta de tuerca perdimos todo interés por el devenir argumental para situarnos cual jueces de un jurado frente as un producto al que se le ven los hilos de aquí a kilómetros. Análisis final resulta insípida, se vale de un disparador/excusa y luego todo va al traste, y lo peor es que termina por ser previsible que se iría al traste.

Las actuaciones obedecen al perfil de típicos personajes thrillerescos: si no se dan vuelta como una tortilla parece que no sirven. Algun que otro mérito por una mirada, o un gesto errático. Pero allí nos quedamos: en el umbral rancio de una época que "ya no es".