Las generaciones más jovenes quizás hayan oido hablar de Che Guevara como el revolucionario que ayudó a Fidel Castro, ese dictador, a tomar el poder en Cuba. A grandes rasgos se podría resumir así, pero seríamos muy injustos con la memoria de Ernesto Guevara de la Serna.
Ernesto es/fué como se muestra aquí. Un niño pijo, un porteño de familia pudiente, un casi licenciado en medicina en una epoca en la que si querias estudiar tenias que tener dinero. Una persona que tenia todo y quiso correrse unas vacaciones aventureras con su fiel amigo Alberto Granado. ¿Y que se encontró? Lo que plasma la película. Bajó a la tierra y se encontró con la miseria y la injusticia del sistema que le rodeaba, marcandole hasta el punto de renunciar a todo lo que tenía por tratar de hacer un mundo más justo.
La película termina en el punto donde Ché Guevara está a punto de dar el paso definitivo para completar su trasformación. Supongo que habrá que esperar a ver si Steven Soderbergh culmina el proyecto que lleva dos años pululando por Hollywood sin que termine de arrancar, para ver a Ernesto llegar a Mexico y conocer a Fidel, para ver como Fidel una vez cogido el poder, cambia el discurso con el que había convencido a Ernesto y se lo quita de encima mandandole a el Congo y más tarde a Bolivia donde encontró la muerte a manos de alguien, que casi 40 años despues, aun no se sabe a quien obedecía, unos dicen que a la CIA y otros señalan al propio Fidel.

Se me hace muy rápido el desenlace, desde que salen de la leprosería de San Pablo en Perú hasta que llegan a Caracas, pero supongo que esas respuestas las encontraremos en la película de Soderbergh y con el rostro de Benicio del Toro, si es que arranca de una vez ese proyecto.

7/10