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España España · Málaga
Voto de Rand:
8
8,0
2.091
Documental El rodaje de Heima duró dos semanas y se llevó a cabo mientras la banda Sigur Ros hacía una gira de conciertos gratuitos por Islandia. Heima intenta mostrar lo que sucede detrás del escenario, mediante close-ups y una extraña relación de intimidad con los componentes de la banda. (FILMAFFINITY)
3 de agosto de 2009
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
La belleza es algo fácil de definir pero difícil de explicar. Ni siquiera se puede acotar, al igual que sucede con otras sensaciones, con la ausencia de complejidad o simpleza. El sonido de un salto de agua, o el brillo del ocaso sobre el mar son buenos ejemplos de ello. A Islandia le ocurre algo parecido. En principio se puede pensar que un paisaje desolado por el intenso clima polar y las continuas erupciones volcánicas es un mero erial, sin vida, y debe de ser algo totalmente alejado de la belleza. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Los verdes valles destacados en medio de picos creados en erupciones, con aisladas casas acompañadas solo por el viento. Las playas de arena azabache y aguas gélidas, donde las olas rompen entre hermosos trozos de hielo. Los glaciares, que en su lento y mastodóntico tamaño avanzan, centímetro a centímetro, ignorando el paso normal del tiempo, e imponiendo su ley allá por donde pasan. Todo es hermoso. Pero si algo tiene Islandia, además de su tremenda belleza paisajística, es la sensación increíble de soledad. Las poblaciones son pequeñas y están muy separadas entre si. Al ser un lugar tan duro en el que vivir, no es extraño encontrar edificios abandonados. Lugares, que en lugar de ser decadentes, son misteriosos y sobrecogedores. Unos oasis de recuerdos pasados, en la tierra del fuego y del hielo.

Se puede pensar que, con un escenario como este, el trabajo del documental está medio hecho. Sin embargo cualquiera, hasta el más mitómano de la tierra islandesa, se aburriría con noventa minutos seguidos de imágenes bonitas de dicho país, sin más. Ahí es donde entra el trabajo de esta gran banda, como es Sigur Rós. Sus melodías, tremendamente suaves, dulces y, a veces, empalagosas, encajan como anillo al dedo a las imágenes de su país de origen. No se pueden escuchar sus deliciosas canciones sin dejar de pensar que están inspiradas en lo que han visto y vivido durante toda su vida. Desde el primer minuto, donde el nombre de la banda es escrito en una pequeña cartulina, todo lo creado en esta cinta hace que tu alma vuele místicamente a la isla, que navegue plácidamente por sus aguas, que acaricie el verde de sus prados, y que se integre entre sus gentes.

Sin duda Heima es una experiencia única e irrepetible. El mejor embajador de un lugar, una cultura y un pueblo.
Rand
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