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España España · Almería
Voto de Gabriel Ufa:
8
Drama Clifford Groves (Fred MacMurray), es un fabricante de juguetes, cansado de la rutina y con la impresión de no ser debidamente apreciado por su mujer (Joan Bennett) y sus hijos. Se reencuentra con una antigua amiga, Norma Miller Vale (Barbara Stanwyck), a la que no ve desde hace veinte años, y a raíz de ello comienza a replantearse su vida. Su hijo (William Reynolds) comienza a sospechar que puede haber algo más entre ellos. (FILMAFFINITY) [+]
24 de enero de 2010
15 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Remake de “There´s always tomorrow” (1934), dirigida por Edward Slogan. Es el segundo de los 4 remakes que Sirk realizó sobre antiguos melodramas de la Universal y el único no basado en un film de Joh M. Stahl. Tercera aparición conjunta de McMurray y Stanwick, tras “Recuerdo de una noche” (1940) y “Perdición” (1944).
Douglas Sirk dirige con maestría esta preciosa película de emociones contenidas, uno de los melodramas más sobrios de este genio del melodrama.

Se centra en una familia norteamericana de los 50 de clase media acomodada, con 3 hijos de diferentes edades. El marido (Fred Mcmurray) es un fabricante de juguetes, sin apenas tiempo libre. Se siente agobiado ante la falta de atención de sus hijos y especialmente de su esposa. Intenta ir al teatro con ella, salir fuera a pasar un fin de semana, pero por uno u otro motivo, su mujer nunca está disponible.

La esposa (una irreconocible Joan Bennett) se dedica por completo a las tareas domésticas, a pesar de tener asistenta, y a los hijos, sobre todo a la pequeña, por lo que su marido se siente desatendido. Casualmente, unos días antes pude ver “La mujer del cuadro”, quizá su papel más recordado, donde aparece espléndida. He de reconocer que, a pesar de los 12 años que las separan, me costó reconocerla. Lo cierto es que cumple con elegancia su discreto rol de ama de casa y es lo más alejado a una femme fatale. Su vestuario es justo el opuesto al de Barbara Stanwyck.

La estrella es, con diferencia, Barbara Stanwyck (49 primaveras ya la adornaban), que encarna a una diseñadora de éxito, sin suerte en su pasado sentimental (“No debería una casarse por evitar la soledad”). Aparece por sorpresa (“La sorpresa más agradable que recibo en años”), en casa de Clifford (McMurray), radiante, elegante, distinguida, poseedora de una bella madurez. El centro sobre el que pivota todo el film. Lejos de ser un sex-symbol, su atractivo es más que evidente.


El acompañamiento musical es notable, con un muy pegadizo y romántico tema principal, sin olvidar “Blue moon”, con reminiscencias al pasado.

Bajo este caldo de cultivo, y lanzando una crítica a la familia americana del momento, Sirk articula un melodrama sobre el matrimonio, los hijos, las diferencias generacionales, el pasado, el paso del tiempo, la melancolía y el sueño americano.
A través de un sencillo argumento, Sirk hace esta radiografía de la familia, con el dominio técnico (liviana puesta en escena, precisos movimientos de cámara) y estético (vestuario, decorados) que le caracteriza, aunque en este caso en blanco y negro, decisión equivocada (evidentemente, sus películas ganan muchísimo en color, dado su inteligente y perspicaz uso de la paleta de colores).


A los que les haya gustado, les recomiendo “Un extraño en mi vida”, de temática similar, con una pareja maravillosa, donde saltan chispas: Kirk Douglas y Kim Novak.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Gabriel Ufa
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