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Voto de Fantasía:
7
Drama En 1957, Homer Hickam, que vive en la pequeña ciudad minera de Coalwood, sabe, como todos los chicos, que acabará trabajando en las minas de carbón. No podrá eludir ese destino porque él no tiene el talento de su hermano para el fútbol americano. Pero, cuando el satélite soviético Sputnik atraviesa el cielo de octubre, todo cambia. Homer y sus amigos deciden fabricar un cohete y, a pesar de los fracasos iniciales, logra convencer a ... [+]
12 de mayo de 2012
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 4 de octubre de 1957, el cielo nocturno, que, nunca, antes, había sido alcanzado por la mano del hombre, se vio alterado por el paso del primer satélite Sputnik. Podía ser visto por toda la especie humana, a lo largo y ancho del planeta Tierra. Cuatro adolescentes de un pueblo minero americano, tras verlo pasar, se proponen construir un cohete y ganar un concurso científico nacional, apoyados por su maestra Freida Riley. La película explora una parte, muy pequeña, de la biografía de Homer Hickam (ingeniero de la NASA, escritor de ciencia ficción, etc) recordando, como, él y otros tres jóvenes, lucharon por este galardón, construyendo un cohete casero, bastante digno, tras, muchos ensayos y fracasos.

El padre del protagonista, el director del colegio, y, el sector más tradicionalista del pequeño pueblo se mofan de los chicos del cohete. Sus sueños no son más que fantasías que nunca les darán de comer. La vida real se impondrá, como siempre ha sido en Coalwood. El destino final de todos sus jóvenes, será la mina, el infierno del subsuelo, al que hay que aprender a amar, como lo hace el padre de Homer. Sin embargo, otra parte del pueblo, ayuda al proyecto de los jóvenes, sin demasiada convicción, compadecida y alentada por el entusiasmo y la perseverancia de los muchachos. La confrontación padre e hijo adquiere una extraordinaria densidad, gracias a dos magníficas interpretaciones, y, a un guión, que cuenta, con información real, de primera mano. Es lo más universal de la película, junto al recuerdo de la conmoción, que produjo: la hazaña rusa.

No obstante, debido, a macro cambios apócales, la capacidad de soñar de los chicos del cohete de Coalwood será el motor de la vida real, cuando ellos tengan la edad de sus padres. Aquellos jóvenes tuvieron la suerte de soñar en la buena dirección. A aquella generación le ha sucedido aquella que creyó en la era digital, fruto, en parte, de la tecnología, que, desarrolló, la generación de Homer Hickam. Sin embargo, los conflictos generacionales, magníficamente, llevados a la pantalla, por un plantel de actores, que se cree sus personajes, siguen, muchas veces, siendo los mismos, de edad en edad, a pesar de los cambios. El padre, sin embargo, no se equivocaba del todo, no siempre la capacidad de soñar se convierte en motor de la vida real. Ante la crisis actual ¿qué pasará mañana? ¿Qué será de la capacidad de soñar de los jóvenes de nuestra época?
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Fantasía
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