Llevaba mucho tiempo detrás de esta película. Tenía la impresión de que me iba a gustar; conocía de qué iba el guión y trabajos anteriores del director, por lo que realmente me apetecía mucho verla. Pero no había manera. En los grandes almacenes donde suelen vender dvd's hollywoodienses a buen precio no la encontraba, e incluso pidiéndola expresamente a través de la web de la Fnac aparecía descatalogada. Ahí está la mejor prueba de calidad de una superproducción de Hollywood: desaparece de los canales tradicionales de distribución.
Finalmente me la tuvo que pasar un amigo bajada de internet, con muy buena calidad eso sí, pero doblada.
Sin embargo, en esta ocasión no me molestó el doblaje. El tono del actor protagonista, Clive Owen, que borda su papel, está muy bien cogido.
Pero vamos a lo que vamos. El film es una trepidante distopía que te agarra al minuto de empezar para ya no soltarte. Escenas de combates urbanos magníficamente filmados (por un momento no sabía si estaba en el salón de casa o en alguna calle de Siria o Irak), un montón de interrogantes sobre el futuro poco a poco desvelados, en su justa medida. Ambientación de fábula. ¿Qué más se puede pedir? Un guión un poquito menos tramposo, quizá, pero nada demasiado grave para esos hijos del totalitarismo capitalista. Y por supuesto, a años luz de ñoñerías como "V de Vendetta" o pseudofilosofía barata tipo "El club de la lucha" (opino).
La recomiendo vivamente.