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Drama
Mar (Natalia Rodríguez) es una joven que se siente atraída por la historia y la música de Triana, al conocer a un grupo de personas que dedican su vida a honrar la memoria de la banda. Este recorrido comienza en el cementerio de Villaviciosa de Odón, lugar donde están enterrados de la Rosa y “Tele”, y tiene como destino Caños de Meca, donde la comunidad de “Trianeros” quiere organizar un concierto homenaje con las canciones de este ... [+]
27 de julio de 2016
14 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Gracias, Gonzalo García Pelayo, director de este film. Gracias, porque tras un año sin escribir en esta web, el visionado de tu película me ha hecho acordarme de repente del gran servicio que puede realizar Filmaffinity. Por ello, denostando una vez más a los críticos profesionales, decido volver por estos fueros para advertir al personal que esté leyendo, con estas palabras: no-la-veáis...
25 de julio de 2016; calurosa noche en Córdoba, lugar inhóspito para la vida en los meses de verano. Y ahí estábamos mi pareja y yo, decidiéndo a qué cine de verano ir (tradición cordobesa inveterada). Vemos que en el "Fuenseca" proyectan una española, "Todo es de color" (?), basada en la música de Triana. Leo algunas críticas, que parecen buenas, y como el rock andaluz no nos disgusta, decidido. Horror.
No me quiero extender demasiado, pero puedo asegurar que sólo me he salido del cine antes de que acabe la película dos veces. En toda mi vida. Pues bien, ésta es una de ellas (¡y era un cine de verano, que tiene delito!). Pero no podía soportarlo más. Un puñado de hippies sesentones en moto que se dirigen (parece) a un concierto homenaje a Triana que se va a hacer en un camping de Caños de Meca. Ninguno de ellos es actor, pero vaya, que lo sé no porque lo haya leído en ninguna sipnosis, sino porque se nota a la legua. Todos hablan como si un poeta con sobredosis de maría les dictara continuamente al oído. Y lo del camping... madre mía lo del camping, con el de los Morancos haciendo de gay americano, pero qué gracioso y original. Allí otro grupito de hippies pasados de años hablando por hablar. Y entre escena y escena, todas carentes de sentido, canciones de Triana, que es lo único que hubiera merecido la pena si los altavoces del cine no hubieran tenido el volumen a tope, distorsionando el sonido.
25 de julio de 2016; calurosa noche en Córdoba, lugar inhóspito para la vida en los meses de verano. Y ahí estábamos mi pareja y yo, decidiéndo a qué cine de verano ir (tradición cordobesa inveterada). Vemos que en el "Fuenseca" proyectan una española, "Todo es de color" (?), basada en la música de Triana. Leo algunas críticas, que parecen buenas, y como el rock andaluz no nos disgusta, decidido. Horror.
No me quiero extender demasiado, pero puedo asegurar que sólo me he salido del cine antes de que acabe la película dos veces. En toda mi vida. Pues bien, ésta es una de ellas (¡y era un cine de verano, que tiene delito!). Pero no podía soportarlo más. Un puñado de hippies sesentones en moto que se dirigen (parece) a un concierto homenaje a Triana que se va a hacer en un camping de Caños de Meca. Ninguno de ellos es actor, pero vaya, que lo sé no porque lo haya leído en ninguna sipnosis, sino porque se nota a la legua. Todos hablan como si un poeta con sobredosis de maría les dictara continuamente al oído. Y lo del camping... madre mía lo del camping, con el de los Morancos haciendo de gay americano, pero qué gracioso y original. Allí otro grupito de hippies pasados de años hablando por hablar. Y entre escena y escena, todas carentes de sentido, canciones de Triana, que es lo único que hubiera merecido la pena si los altavoces del cine no hubieran tenido el volumen a tope, distorsionando el sonido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Como ejemplo del sinsentido del que estoy hablando, un momento de la película. Una MILF se baja de la moto y le comenta a una rubia pija que, misterios de la vida, ha decidido unirse a ellos, no sé qué de molinos y gigantes. A continuación le espeta un beso en todos los morros a la pija; fundido en negro. Comienza a sonar una canción de Triana, y de repente aparece una escena, rodada con dron, de unos molinos manchegos iluminados en la noche, mientras la susodicha MILF y otros personajes se mueven al compas y saludan con alborozo las sucesivas pasadas del dron.
En fin, toda la película es así. Sin pies ni cabeza, con una poesía trasnochada y risible, con personas corrientes y molientes intentando, penosamente, interpretar.
En fin, toda la película es así. Sin pies ni cabeza, con una poesía trasnochada y risible, con personas corrientes y molientes intentando, penosamente, interpretar.