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Voto de hornrivera:
5
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6,6
24.078
Drama. Comedia
Miguel Ángel, Izan, Dani y Jorge, son un grupo de chicos que logran con su alegría desafiar el desprecio del destino y hacer soportable su convalecencia en la planta de traumatología de un hospital. “Los Pelones” descubren en este contexto la importancia de la amistad y de la pertenencia a un grupo. Pero frente a las reafirmaciones colectivas, está la identidad de cada uno reaccionando a su situación: la soledad pretendidamente ... [+]
19 de abril de 2012
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Tratándose de un tema bastante desagradable y duro como éste, que es la prematura enfermedad de estos jóvenes, la película nos presenta la sucesión de entretenidas, humorísticas e inocentes situaciones del día a día de un hospital, pero que por algo no nos terminan de enganchar en su hora y media de duración.
Sin rumbo alguno, la película va dando tumbos, decorados con un sinfín de tópicos que desembocan en el concierto propagandístico de Estopa, que no viene a cuento de nada ni aporta algo a la película, y quedando como imagen para el recuerdo la masturbación colectiva al ritmo de la Marcha Radezsky.
El guión, aunque tierno, no termina de conectar con el espectador quedando hueco y sin conexión gobal, haciendo gala de su total desorientación.
Juanjo Ballesta preparaba con esta interpretación su despedida del "buen" cine, y digo "buen" dentro del nivel pasable que ofrecen "El Bola" o "Cuarta Planta", ya que después trabajaría en sinsentidos como "Cabezo de perro", "Ladrones" o "Bruc", que lo alejarían definitivamente de cualquier esperanza de trabajar en una superproducción de Scorsese, por poner un ejemplo.
Sin rumbo alguno, la película va dando tumbos, decorados con un sinfín de tópicos que desembocan en el concierto propagandístico de Estopa, que no viene a cuento de nada ni aporta algo a la película, y quedando como imagen para el recuerdo la masturbación colectiva al ritmo de la Marcha Radezsky.
El guión, aunque tierno, no termina de conectar con el espectador quedando hueco y sin conexión gobal, haciendo gala de su total desorientación.
Juanjo Ballesta preparaba con esta interpretación su despedida del "buen" cine, y digo "buen" dentro del nivel pasable que ofrecen "El Bola" o "Cuarta Planta", ya que después trabajaría en sinsentidos como "Cabezo de perro", "Ladrones" o "Bruc", que lo alejarían definitivamente de cualquier esperanza de trabajar en una superproducción de Scorsese, por poner un ejemplo.