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Voto de carlos bosch benitez:
8
Intriga. Thriller. Drama En su apartamento de urbanización prototipo de Los Angeles, Sam (Andrew Garfield) anda por la vida muerto de aburrimiento. Ningún aliciente hasta ese día en que descubre a una nueva vecina sexy, deslumbrante, inquietante, misteriosa y, de repente, desaparecida. Y aún hay mayores rarezas esperando a Sam, porque por el barrio anda suelto un asesino de perros...
3 de enero de 2019
2 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Esta es una película de todo o nada, una de esas obras envolventes que, o bien te fascinan o te parecen una absoluta parida. Yo, que estoy a medio camino de ambas cosas, igual cuando termine de escribir esto consigo entender algo. Y si no, lo mismo da...
Si me atengo a los aspectos formales, hasta donde se me alcanza, la cosa roza la perfección. Esta historia con toques oníricos, narrada de forma no lineal, con elementos tomados del mundo del cómic y de muchos otros ámbitos, amén de una banda sonora de primera (incluso para quienes, como es mi caso, hace tiempo que perdimos el tren de ese tipo de música), a mí me mantuvo pendiente de la pantalla durante toda la proyección. Desde el punto de vista puramente estético me ha parecido una auténtica gozada, y no me refiero solo al aspecto visual.
En cuanto al contenido, si es que ambas cosas se pueden separar, aún sigo sin saber muy bien a qué atenerme. Sin pretender ponerme profundo, para mí es evidente que esta obra rebosa alusiones simbólicas, numerológicas, literarias y cinematográficas, a veces encriptadas, que darían para escribir largo y tendido si uno fuera un experto en la materia. Como no lo soy, tan solo voy a mencionar unas cuantas: tal como alguien ha hecho notar, la cinta se inicia con el protagonista en el interior de un local, mientras afuera una chica borra una pintada que reza: "BEWARE THE DOG KILLER". Con la particularidad de que, vista desde dentro, la palabra "DOG" se convierte en "GOD". Si a esto unimos la inmediata aparición en escena de un grupo musical de nombre "Jesús y las novias de Drácula", cuyo cantante es un claro trasunto de Jim Morrison, ya nos podemos hacer una idea de por donde van a ir los tiros. Para no aguarle la fiesta a nadie, me limitaré a decir que, a mi parecer, estamos ante un ataque en toda regla a la línea de flotación de la fe cristiana. Algo que parece estar bastante de moda últimamente, vaya usted a saber por qué... Esto queda también de manifiesto cuando las pesquisas del protagonista, que es una especie de mezcla entre Tom Sawyer y Parsifal, le llevan a dar con un misterioso grupo gnóstico que tiene como objetivo...
Mejor vayan a verla, ya dije que no quiero ser un aguafiestas. Solo añadiré que en la búsqueda de su amada tropieza con todo tipo de personajes, algunos de los cuales parecen surgidos de un cómic delirante, como el "rey de los vagabundos" (una alusión al "rey pescador", supongo), o el búho. Y si no termina encontrando el Grial es porque no le da la gana.
Mientras tanto, el director se divierte de lo lindo a base de dar una de cal y otra de arena y jugar con el espectador, al que transforma en un niño medio tonto. Un juego que, a pesar de las apariencias, se me da que no tiene nada de inocente. Y el caso es que lo hace tan bien, que uno sale de la sala sin saber muy bien qué es exactamente lo que ha visto. Anden con ojo...
carlos bosch benitez
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