“Tokarev” es una película sumamente interesante por muchos aspectos pero también terriblemente penosa en muchos otros. O sea, es un ejercicio de estilo tan irregular que nos deja un mal sabor de boca cuando en realidad podría haber sido una película entretenida e incluso algo más. Vayamos primero a por los puntos positivos: “Tokarev” es una vuelta de tuerca al “Carne de Neon” del propio Paco Cabezas quien aquí desmonta toda la ironía y el magnífico surrealismo de su cine y aquí nos ofrece su marca de la casa (personajes desencantados de los bajos fondos a los que su pasado les persigue) aunque tocada aquí de una sorprendente atonía. Es como si Paco Cabezas hubiese perdido toda su personalidad pero nos dijese “eh, que yo soy un gran director de cine”. Y lo es, sin duda. Lo segundo positivo en “Tokarev” es que nunca para, también es verdad que casi nunca suceden eventos importantes, pero nunca para, incluso cuando la acción es ridícula “Tokarev” avanza sin pestañear, buen acierto del director Paco Cabezas y del legendario montador Robert A. Ferretti (“La jungla 2”, “Alerta Máxima” o “Acantilado rojo”) quien saca oro de las piedras. ¿Lo malo? En el apartado de errores hay mucho que dar, en primer lugar un vergonzoso guión que no cuenta absolutamente nada y se desplaza con más pena que gloria por escenarios comunes sin sacar provecho del potencial de cuanto plantea. El segundo problema de “Tokarev” es el de siempre: Nicolas Cage y su tendencia a sobreactuar bajo peinados imposibles. Imaginad “Tokarev” con Liam Neeson o Jason Statham… pues si, funcionaria infinitamente mejor. El problema es que Nicolas Cage no actúa sino que se limita a forzar caras e intentas salir indemne de algo que sabe que le viene demasiado grande. Curiosamente, el principal reclamo de “Tokarev” es su mayor enemigo.

¿Es “Tokarev” una buena película? Admiro a Paco Cabezas por su magnífica “Carne de Neon” pero por desgracia aquí se ha equivocado, aquí ha perdido su personalidad y eso se nota. “Tokarev” no es una mala película pero está a años luz de ser buena. Es impersonal, su guión es muy malo y la dirección apenas puede suplir los innumerables defectos de la película.