Constance (Marina Foïs) es la protagonista del filme, tiene alrededor de cuarenta años, sale a ejercitarse constantemente ataviada de ropas que parecen de los ochenta-noventa, sexualmente muy activa, segura de sí misma, aunque haber perdido su empleo en París la desequilibra un poco, eso y otras cuestiones personales.

Se dirige a su ciudad natal a visitar a su madre que está en el hospital, también, opta por buscar empleo en la agencia inmobiliaria en la que trabajaba tiempo atrás, ya que hay un puesto vacante en el que calza perfectamente, sin embargo, su ex jefe decide contratar a Audrey (Joséphine Japy), una atractiva joven veinteañera que recién se está graduando.

Irréprochable es el primer largometraje del realizador Sébastien Marnier, con guion propio escrito en colaboración con Samuel Doux. Una obra enfocada en una mujer con un carácter fuerte e ideas claras, que piensa que puede obtener lo que desea, por ejemplo, el empleo, se siente abrumada porque una inexperta se haya dejado el trabajo.

Aún más, siendo Audrey una joven atractiva, para Constance es un impacto en el sentido de cómo ha utilizado su sexualidad, es claro cuando intenta seducir a su exjefe con quien había tenido cierta historia en ese sentido. Siente una pérdida de poder y de control frente a la amenaza que representa esta chica, y frente a su vida en general.

La protagonista decide tener al “enemigo” cerca, mientras se va tejiendo otras subtramas alrededor de la protagonista en este contexto al que vuelve. El filme se vende como un thriller, pero es bastante pobre, de hecho, antes de un clímax sumamente predecible, nada remite a este género, por lo cual, se ve un drama que ya de por sí es bastante débil.

Así es como Irréprochable pasa con más pena que gloria, lo mejor es la actuación de Foïs y la fotografía de Laurence Bawedin, pero en su conjunto, termina siendo una obra bastante pobre, donde es claro que el personaje protagonista tiene problemas, pero nunca se hace interesante por lo evidente que es su construcción.