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Costa Rica Costa Rica · Guápiles
Voto de 10P24H:
9
Comedia. Intriga. Fantástico Historia de un escritor de discursos (Soderbergh) casado y harto de su trabajo y de su matrimonio. Un dentista (Soderbergh) mantiene una aventura con la mujer del escritor. (FILMAFFINITY)
10 de octubre de 2019
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A pesar de sus fracasos en la taquilla durante la primera mitad de los años noventa, Soderbergh continuó trabajando con Universal, productora que le financia esta locura donde actúa (en un papel doble), escribe, dirige y musicaliza en parte. Sin duda su trabajo más particular a la fecha junto con Gray's Anatomy del mismo año.

Dejando de lado la formalidad y rigurosidad que debe llevar como un profesional, Soderbergh se ríe de su labor, de sus fracasos, de la crítica, del espectador, realizando un trabajo inigualable en cuanto a forma, historia y producción, que alcanza altas dosis de humor y un ingenio absurdo tremendo.

Fletcher Munson (Steven Soderbergh) es el protagonista del filme, trabaja en una extraña corporación de autoayuda, al que se le encarga la labor de redactar los discursos de Azimuth (Mike Malone), el fundador de la empresa-religión. Munson descubre un día que su esposa, con la que comenzaba a tener cierta distancia, le está siendo infiel con un dentista llamado Jeffrey Korchek (Steven Soderbergh), que no es más que su doppelgänger.

A pesar de la informalidad con que se gestó y desarrolló el filme, de verdad Soderbergh logra armar una historia que no deja de ser tan interesante como irracional y risible, con todo y que no trabajó con un guion establecido, donde la improvisación fue vital.

Todo lo que gira alrededor de Munson está bien construido, su contexto laboral, familiar y por supuesto personal, para luego llegar a esta crisis con Korchek. Además de que también sigue a un curioso personaje (uno más, todos lo son) llamado Elmo Oxygen (David Jensen), que es un exterminador de plagas que tiene cierto romance durante uno de sus trabajos.

Del filme hay que decir que gana mucho gracias a la esmerada edición de Sarah Flack, que es, por cierto, su primer trabajo en este apartado. Porque en repetidas secuencias el dinamismo de Soderbergh en la dirección necesitaba una contraparte igual de efectiva, de forma acertada resulta ser un complemento idóneo que le da un plus muy efectivo al largometraje.

Con todo y lo disparatado que es el filme, sin duda hay ideas valiosas que se pueden rescatar, en especial a las relaciones de pareja, uno de los temas predilectos para este director, que aquí se empeña de forma curiosa en mostrar las deficiencias en la comunicación y como la rutina puede afectar a una pareja.

Tengo la firme creencia que Schizopolis salvó la carrera de Soderbergh y lo convirtió en lo que actualmente es, esto dos años (96-97) marcaron un respiro tras los rotundos fracasos de la primera mitad de los años noventa. No se tomó absolutamente nada en serio, ni siquiera él mismo, basta ver ese doble papel.

Rompe la cuarta pared, inserta escenas que no siguen ninguna lógica en la trama, con las noticias descabelladas, no teme en decir que es probable que no se entienda mucho del argumento y que se debe volver a ver la película por esto, siempre en esa idea risible de buscar más recaudación, en fin, filmó una joya desconocida por muchos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
10P24H
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