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Voto de Pedroanclamar:
7
Aventuras. Drama El capitán Vladimir Arseniev y su destacamento tienen que realizar unas prospecciones geológicas en los bosques de la taiga siberiana. La inmensidad del territorio y la dureza del clima hacen que se extravíe. Condenado a vagar por una tierra salvaje, Vladimir conoce a Dersu Uzala, un cazador nómada que conoce el territorio como la palma de su mano y sabe cómo afrontar las inclemencias del tiempo. Dersu enseñará a Vladimir a respetar la ... [+]
9 de marzo de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La película de Kurosawa (1975) se inicia con un flashback sencillo, con la visita de Arseniev al sepulcro de su viejo amigo, para enterarse que las construcciones de un nuevo pueblo trastocaron el sentido de conmemoración del lugar. Así se nos introduce la historia: el explorador susurrando abstraído el nombre del entrañable protagonista.
Kurosawa va desplegando, a lo largo de la película, planos de larga duración. Deja la taiga respirar y las coníferas mecerse por la borrasca. No cabe duda que la naturaleza se erige como un personaje más, trascendiendo el mero espacio.

Los personajes son simples, con excepción de Dersú, que ve en la naturaleza una ecología compleja, atravesada por espíritus del bosque, clasificando entre "gente buena" y "gente mala". Mientras el destacamento de exploradores/militares no deja de percibir con simpleza su entorno: caminan, pernoctan, recorren, etc., Dersú interactúa con su medio: indaga, habla con los espíritus del bosque, pesquisa huellas y ceremoniosamente mantiene distancias prudentes con ciertos elementos de la naturaleza que pueden llegar a representar algún peligro.

Esa simpleza miliciana, esa mente simple, esa ontológica moderna, representada en el destacamento, se ve expresada a lo largo de la película en la mayor parte de los personajes, pues representan el personaje grupal. Es más, se ríen y burlan infantilmente de la cosmovisión de Dersú, no pudiendo comprenderla ni aprehenderla.
El capitán, por el contrario, es templado, dialogante, contemplativo, honrado, silencioso. Desde el primer momento, frente a la fogata, comienza a admirar al protagonista y su particular modo de ver las cosas y la naturaleza. Aún así, es un personaje poco conflictuado, sin mayores problemas. De situación económica cómoda, sin mayores problemáticas metafísicas, sin conflictos de intereses con su propio destacamento, el capitán resulta un personaje ramplón. Pareciera no haber aprendido nada (tal vez no quiso hacerlo) de la cosmovisión del protagonista. Como espectador, uno se pregunta a qué se debe la admiración de Arseniev por Dersú si no se vio afectada su simpleza de personaje. Su admiración por Uzala no deja de ser una admiración pueril, pues no representa un conflicto interno para él. Su cosmovisión y modos de vida no se han visto afectados, no ha cambiado ni el más ligero hábito desde que conoció a Dersú. A mí parecer, aquí hay un desacierto discursivo, pues se le resta peso y poder precisamente a un protagonista del que se quiere rescatar su particular cosmovisión y relación con la naturaleza al no impulsar ningún efecto catártico o existencial en el capitán, que es el llamado, entre los básicos milicianos, a comprenderlo. Esa ausencia de tensión y conflicto en Arseniev transforma la pueril admiración del explorador en una cosa anecdótica hacia un protagonista entrañable.

Ante esta precariedad, la relación dramática más densa está representada por el co-protagonista, es decir, la naturaleza y Dersú. El capitán y el destacamento parecieran ser meros espectadores ante esta relación y terminan siendo un soporte social para darle significado a la misma. La verdadera tensión dramática está allí, entre Uzalá y su entorno natural, que debe ser descifrado a la vez que respetado.

Kurosawa presenta este personaje con planos largos: la inmensidad de la taiga, el espeso verdor, las vertientes, los ríos, la nieve. De todas las circunstancias adversas que se presentan, Dersú sabe cómo aprovechar los recursos que tiene a mano para saber leer las situaciones desfavorables y resultar indemne. La escena de sobrevivencia extrema en la nieve y la táctica del protagonista para librarse de la muerte es memorable. El entrelazamiento de una música tensa fuera de la diégesis con el sonido de la ventisca otorgan una escena vertiginosa que mantiene al espectador atento y tenso.

La segunda parte de la película arriba de manera algo más apresurada, con un Dersú que comienza a manifestar problemas visuales y con la introducción de la familia del explorador. Este espacio hogareño es precariamente dramatizado y pareciera no tener otra función más que retratar la pérdida de identidad del viejo golde, que ha perdido sus prácticas habituales, para decantar, posteriormente, en el fin de la película.

En suma, Kurosawa presenta una película interesante en la medida en que no nos explicita la verdadera tensión dramática. Es en el descubrimiento de la ontológica de Dersú, cuando se desvela que la verdadera relación no es entre Dersú y el capitán o el resto del destacamento, sino entre él y la naturaleza de la taiga. El resto de los personajes humanos median entre la naturaleza y él, aunque pudiendo llegar a conflictuar su relación con el ambiente. El resto de los humanos no saben leer el entorno ni descifrar sus intenciones. Dersú discute con la "gente" que hay en las chispas de una fogata; interpela los espíritus del bosque y los tigres; anuncia y advierte el respeto y el peligro hacia las gentes del viento, el agua y el fuego.

Aunque, insisto, la segunda parte es más floja y, si no resta, sólo se expresa como vehículo del clímax del protagonista
Pedroanclamar
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