Segunda década del siglo XXI, "El Tren del Mundo Civilizado" avanza a velocidad de crucero, a estas alturas ya nos vanagloriamos de lo rápido que avanza todo, parece que estamos tocando el futuro con la yema de los dedos y a su vez la polarización de las masas se acentúa.

En las salas de cine se estrena "El Joker", una extraña obra que intenta hilar el género de superhéroes con un drama oscuro atípicamente realista y sin filigranas. El mundo queda en shock porque la obra en cuestión no encumbra al héroe de turno que salva por enésima vez al planeta de peligros cósmicos, sino más bien hace un retrato vergonzoso del ciudadano medio, ya no solo de EEUU sino de cualquier país que se prodigue capitalista.

Entonces surgen preguntas inesperadas en la mente del espectador que en lugar de un circo se encuentra con una tragedia ¿Cómo rayos es posible que a medida que avanza el tren de la modernidad los humanos se parezcan más a esas caricaturas que fueron creadas por mero entretenimiento? ¿Cómo puede ser que nos de tanto pavor ver la verdad a los ojos y aceptar que este mundo competitivo, hedonista y materialista está diseñado para destrozar la psique de los más débiles? Touché... El Joker es ese ciudadano enfermo que ríe por no llorar al sentirse esclavo de un sistema que ni sabe que existe.

El Joker es la imagen de todos aquellos que se sienten fuera del sistema y que jamás serán tomados en cuenta porque fueron excluidos por sus limitaciones físicas, económicas y geográficas. El Joker somos los de siempre y por simple deducción Batman es el dueño de la empresa para la que trabajas, o tal vez a bien seguro ese alcalde, gobernador o presidente que te salvará de los peligros cósmicos.

Ya la duda está felizmente resuelta, este mundo es un tren que avanza a toda máquina hacia la "Felicidad", superando limitaciones cada vez más rápido, sobretodo soltando el lastre de la población más desfavorecida, millones de Jokers unos con risas, otros con lágrimas, hay quien se contiene sin soltar un atisbo de emoción para no salir como un payaso en la foto y sí, después de quedarme con cara de Joker al ver esta película llena de autocompasión me queda otra pregunta ya un poco menos importante... ¿Llegará este tren a su destino?