Entretenida y delirante película de serie B que demuestra que Mel Gibson aún tiene gancho para protagonizar cine de acción. La película no es nada original, el personaje de Gibson debe resolver los problemas de su hija con una banda de traficantes, y de paso reconciliarse con ella. Jean-Francois Richet no consigue huir de los tópicos clásicos del género pero si dotar de un buen ritmo todo el metraje, con buenos momentos de acción y alguna escena que nos recuerda mucho a Mad Max lo cual nos lleva a pensar que ese puede ser el gran problema de "Blood father", nos cuesta mucho criticar a Mel Gibson a todos los que crecimos disfrutando de las sagas de "Mad Max" y "Arma letal", pero también es verdad que si la comparamos con la mayoría de cine de acción que se hace hoy en día no sale tan malparada, al contrario. En resumen, buena película de acción que nos devuelve al gran Mel Gibson, esperemos que no sea un espejismo.