7 de diciembre de 2011
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
La banda sonora de Preisner desborda las posibilidades de esta película con buenas intenciones y un resultado irregular. Pero sólo por escuchar esa mágica música que te transporta a ese jardín secreto de la infancia, cubierto de hiedra y al que se accede por una puerta tras ella apenas visible, merece la pena ver esta delicada película que te lleva hasta la infancia, ese paraje donde soñabas despierto en cualquier lugar recóndito donde las aventuras podían surgir.
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