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Voto de BrunoLD:
10
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6,8
824
Drama
Un vendedor de relojes deambula por las calles de Taipei. Su padre acaba de morir, su madre está enferma y él se encuentra inmerso en una aburrida y deprimente vida. Fortuitamente, un día se topa con una muchacha que se dirige a Paris y quiere comprarle un reloj que le de la hora de las dos ciudades. Inmediatamente se establece una fuerte conexión entre ellos. (FILMAFFINITY)
22 de abril de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Posiblemente la mejor película del que en mi opinión es el mejor director de cine en activo.
La vida de Hsiao Kang continúa, en esta ocasión vendiendo relojes en la calle y tras la ¿muerte? de su padre, con el que vivió tantos grandes momentos (inolvidable la secuencia de ambos en moto en ‘The River’ mientras su padre le sujeta la cabeza). Tras la pérdida familiar, Hsiao Kang vive en una especie de depresión en la que se pasa el día durmiendo y orinando en botellas y bolsas por no tener ganas ni de ir al baño. Su madre ve señales de reencarnación por todos sitios y recurre a rituales budistas con los que espera que su marido vuelva a casa, cambiando en la casa todo aquello con lo que cree que haría sentir a gusto a su marido.
La vida de Hsiao Kang continúa, en esta ocasión vendiendo relojes en la calle y tras la ¿muerte? de su padre, con el que vivió tantos grandes momentos (inolvidable la secuencia de ambos en moto en ‘The River’ mientras su padre le sujeta la cabeza). Tras la pérdida familiar, Hsiao Kang vive en una especie de depresión en la que se pasa el día durmiendo y orinando en botellas y bolsas por no tener ganas ni de ir al baño. Su madre ve señales de reencarnación por todos sitios y recurre a rituales budistas con los que espera que su marido vuelva a casa, cambiando en la casa todo aquello con lo que cree que haría sentir a gusto a su marido.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Un día una mujer le quiere comprar a Hsiao Kang el reloj con dos husos horarios que lleva de manera muy insistente, por lo que al final acaba rindiéndose y vendiéndoselo, la chica le cuenta que se va a París. Esto desata en Hsiao Kang una obsesión por esa ciudad, que le lleva a cambiar la hora de cada reloj que se encuentra en Taipei por el de la hora francesa, incluido el de su casa, lo que hace creer a su madre que se trata de una señal de la reencarnación de su marido.
En otro de sus intentos por acercarse a París Hsiao Kang compra la película ‘Los 400 golpes’ de Truffaut, otro acercamiento más de Tsai Ming-Liang a esa película, a Antoine Doinel y a François Truffaut, que más adelante en ‘Visage’ se llevaría al extremo, demostrando lo importante que ha sido la saga de Antoine Doinel para Ming-Liang y de qué manera le inspiró para crear su filmografía en torno a la historia de su protagonista Hsiao Kang, su Antoine Doinel, que ya aparece aquí por primera vez. Lo repito y lo repetiré en casi cualquier crítica acerca de una película de Tsai Ming-Liang, pero es que veo que mucha gente lo desconoce. Las películas de Tsai Ming-Liang giran en torno a Hsiao Kang, su padre, su madre, (incluso Ah Tze el amigo de Hsiao Kang en ‘Rebeldes del Dios Neon’ es quien está en el andén del metro mirando a la chica) y demás son siempre los mismos personajes que siguen una evolución muchísimo más lograda que la de Antoine Doinel, que son grandes películas por separado pero que como historia de ese personaje está a años luz de la coherencia y la riqueza que ha logrado Tsai Ming-Liang.
Es por eso que si ya por separado son películas grandiosas en su conjunto son algo inigualable, la filmografía de Tsai Ming-Liang en su conjunto es la mejor y la más interesante de la historia del cine, no estoy hablando de directores mejores o peores, sino de que su filmografía no son un conjunto de películas, sino una obra única que no tiene comparación con nada que se haya hecho.
Tras el duelo que parecen sentir los personajes tiene lugar la búsqueda de un sexo que les haga cubrir ese vacío que llevan dentro cada uno de ellos. Hsiao Kang recurre a una prostituta, su madre se viste con sus mejores galas para celebrar lo que debe de ser su aniversario de matrimonio, tomando chupitos y masturbándose en el lugar donde está la foto y algunos recuerdos de su marido. La chica corre peor suerte, sintiéndose enferma una mujer hongkonesa se preocupa por ella y le da conversación, quizás la primera conversación que tiene en París a excepción de las pocas palabras que cruza con Jean Pierre Léaud. Juntas van a su casa y por la noche tras un par de besos la chica acaba siendo rechazada por la hongkonesa que quizás lo hizo cómo un juego más que por ser lesbiana, esto lleva a la taiwanesa a llorar en un río por la soledad que siente, recordando al final de ‘Vive L’amour’, y con una aparición del padre y un plano final absolutamente maravilloso.
En otro de sus intentos por acercarse a París Hsiao Kang compra la película ‘Los 400 golpes’ de Truffaut, otro acercamiento más de Tsai Ming-Liang a esa película, a Antoine Doinel y a François Truffaut, que más adelante en ‘Visage’ se llevaría al extremo, demostrando lo importante que ha sido la saga de Antoine Doinel para Ming-Liang y de qué manera le inspiró para crear su filmografía en torno a la historia de su protagonista Hsiao Kang, su Antoine Doinel, que ya aparece aquí por primera vez. Lo repito y lo repetiré en casi cualquier crítica acerca de una película de Tsai Ming-Liang, pero es que veo que mucha gente lo desconoce. Las películas de Tsai Ming-Liang giran en torno a Hsiao Kang, su padre, su madre, (incluso Ah Tze el amigo de Hsiao Kang en ‘Rebeldes del Dios Neon’ es quien está en el andén del metro mirando a la chica) y demás son siempre los mismos personajes que siguen una evolución muchísimo más lograda que la de Antoine Doinel, que son grandes películas por separado pero que como historia de ese personaje está a años luz de la coherencia y la riqueza que ha logrado Tsai Ming-Liang.
Es por eso que si ya por separado son películas grandiosas en su conjunto son algo inigualable, la filmografía de Tsai Ming-Liang en su conjunto es la mejor y la más interesante de la historia del cine, no estoy hablando de directores mejores o peores, sino de que su filmografía no son un conjunto de películas, sino una obra única que no tiene comparación con nada que se haya hecho.
Tras el duelo que parecen sentir los personajes tiene lugar la búsqueda de un sexo que les haga cubrir ese vacío que llevan dentro cada uno de ellos. Hsiao Kang recurre a una prostituta, su madre se viste con sus mejores galas para celebrar lo que debe de ser su aniversario de matrimonio, tomando chupitos y masturbándose en el lugar donde está la foto y algunos recuerdos de su marido. La chica corre peor suerte, sintiéndose enferma una mujer hongkonesa se preocupa por ella y le da conversación, quizás la primera conversación que tiene en París a excepción de las pocas palabras que cruza con Jean Pierre Léaud. Juntas van a su casa y por la noche tras un par de besos la chica acaba siendo rechazada por la hongkonesa que quizás lo hizo cómo un juego más que por ser lesbiana, esto lleva a la taiwanesa a llorar en un río por la soledad que siente, recordando al final de ‘Vive L’amour’, y con una aparición del padre y un plano final absolutamente maravilloso.