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Voto de Miguel Moreno:
6
Drama Drama sobre la Iglesia de la Cienciología. Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman), un intelectual brillante y de fuertes convicciones, crea una organización religiosa que empieza a hacerse popular en Estados Unidos hacia 1952. Freddie Quell (Joaquin Phoenix), un joven vagabundo, se convierte en su mano derecha. Sin embargo, cuando la secta triunfa y consigue atraer a numerosos y fervientes seguidores, a Freddie le surgirán dudas. (FILMAFFINITY) [+]
6 de febrero de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cabe destacar que el cine de Anderson es bastante especial, y alejándonos de las tan en boga comparaciones con Kubrick y otros tantos, como se está haciendo, es un director con sello propio. Films de metraje alargado, profundos, de personajes complejos y que suelen enmarcarse en épocas muy características y remarcadas. Hasta ahora, todo su trabajo me había gustado. Retrató de inmejorable manera toda la época que rodeaba Boogie Nights y dió a Wahlberg un papel memorable. Condensó una de las mejores películas corales a mi juicio con un reparto de lujo y un Tom Cruise nominado en Magnolia. Diseccionó a Daniel Plainview y su codicia en uno de los mejores papeles de Daniel Day-Lewis en There Will be blood y relató el amor desde otro punto de vista en Embriagado de amor.

En la ocasión, vuelve a ofrecer una cinta de difícil digestión. Ya se ha dicho: no es para todos los públicos. Enrevesada, densa, pastosa y tediosa a partes iguales, The Master es una historia amarga. Enmarcada en los 50 y tras la guerra en el país de las oportunidades, Anderson se introduce de una manera demasiado ambigua en la locura de un soldado violento, traumado y perdido que es "reclutado" por una nueva secta orquestada por el personaje de Seymour Hoffman. A partir de aquí, se nos cuenta la relación de ambos y el viaje que emprenden juntos.

Pero pronto llegan los escollos. Una narración enfangada hace que el espectador pronto camine en un lodazal. Como sus personajes y la historia, avanzamos despacio en ese lodo y el tedio empieza a hacer mella. No se nos cuenta algo especialmente interesante, y aún menos relacionado con la Cienciología, aspecto muy criticado además. En su lugar, se nos narra la falsa salvación de un personaje completamente desnortado, y Anderson advierte sobre temas como los peligros de las sectas, la necesidad de fe del ser humano y su aceptación en un grupo, el azar de los acontecimientos (cómo conoce Phoenix al maestro), la manipulación y los traumas del pasado.

Cargada de simbolismos y lastrada a su vez por su extenso metraje y su densa narrativa, The Master no es la mejor película de Anderson. Es capaz de exasperar al cinéfilo más avezado, y de saturar más de un espectador. Y lo más destacable (y no digo nada nuevo) es la sobrenatural interpretación de Joaquín Phoenix, que literalmente, se convierte en ese personaje atormentado, alcohólico y obsesivo, que encuentra en la opuesta personalidad de Hoffman la redención y la salvación, dejando un duelo actoral para tener en cuenta. Mas allá de eso y una excelente fotografía, The Master cuenta una historia simplemente interesante, aunque terriblemente tediosa.
La crítica especializada se está deshaciendo en halagos hacia el director, cosa que se veía venir. Ya ocurrió con la metafísica El árbol de la vida, de Malick, así que es algo que no pilla de sorpresa. Pero el film, lejos de empatizar con el público y a pesar de la calidad de sus interpretaciones, contiene bastante dosis de humo. Un humo que hará ahogarse a más de uno.

En síntesis, lo de siempre. La crítica la alaba diciendo que es puro cine mientras que otros usuarios a los que entiendo, la tildarán de insufrible. Personalmente no la considero cinta de culto, ni siquiera imprescindible. Y es que Anderson cuenta las historias a su manera, y no a gusto de todos precisamente. El excelente trabajo de Phoenix sube enteros a The Master.

Por cierto, cualquier parecido con la Cienciología es pura casualidad, mas allá de ser una secta como hay muchas. Eso es prácticamente seguro.
La digestión de la cinta de Anderson es excesivamente pesada. Y Anderson juega con fuego en ese aspecto: podemos perder el apetito antes de acabar.

El resultado final es el de siempre: vítores y abucheos a partes iguales.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Miguel Moreno
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