Y otra de sensacionalismo producida por los señores del wrestling (aprovechando el tirón, qué por cierto, no entiendo) con un cachitas como prota.
No nos engañemos la peli es mala, y la acción, que por otra parte es su base, está mal rodada. Marea que lo flipas y en la mitad de los enfrentamientos con coreografías no se entiende un pimiento.
Además le añadimos una banda sonora con grupos modernitos y muy teens, y nos queda un subproducto con aspiraciones comerciales (de taquilla) y punto y pelota. Pero vamos que algo más no hubiera estado mal.
Entre Battle Royal y The Running Man, se queda en un paréntesis bañado de modernidad de medios y con un nuevo vehículo (Internet) como canal de difusión, para finalizar como una crítica barata y bastante absurda.
Y encima larga. Vamos que no, que la fórmula huele.