Este ex-director de videoclips de bastante mala fama (no será desde luego por las recaudaciones de sus películas, todo el mundo dice que son muuu malas, pero todos pican como atunes y a verla se ha dicho) se saca un alegato pro-NASA y por extensión pro-americano de aquellos que hacen época.
La criticada agencia espacial american colaboraría activamente en esta película incluso llegando a ceder instalaciones multimillonarias y dejando a los sufridos actores ponerse trajes espaciales reales valorados en 3 millones de dólares. Siendo así se les alaba lo que haga falta, pensaría Bruckheimer, otro con poca vista para la taquilla.
Y bueno si dejamos de lado toda alabanza al reino americano y su poderío militar y espacial (ojo a alguna escena cómica con el cosmonauta ruso explicando como arreglan la MIR, porque tiene tela...) la película es entretenida de principio a fin, a persar de sus dos horas y media. A esto añadimos el toque Bay marca de la casa, explosiones a piñón, con su fuego en el espacio y todo, cosa que se me antoja complicada, pero vamos, lagrimillas por doquier y Liv Tyler, que me tiene el corazón robado.
Así que como todas las de este director, megaproducción entretenida, flipas un poco con los efectos y los despelotes de acción frenética típicos del cine palomitero y se forran de billetes. Desde luego no va a pasar a la historia, pero pasas el rato.
Es curioso que el propio Ben Affleck le llegó a comentar al director si no hubiera sido más verosímil la posibilidad de adiestrar a los astronautas como perforadores en 18 días, y no a esos lerdos perforadores (aunque por su supuesto unos cracks en lo suyo....) a ser astronautas. Michael Bay simplemente le dijo que se callara...