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Voto de Fco Javier Rodríguez Barranco:
5
Drama Que te gusten los chicos, o quizá encontrar que son estúpidos; ser supercercana con tu mejor amiga, y aun así no contarle tus secretos; tener problemas en el colegio y unos padres aburridos. Este es el tipo de problemas a los que se enfrenta una niña de 13 años. Para Sara eso no tiene nada que ver con el hecho de que su mamá viva con otra mujer. Aunque su padre no piense lo mismo. (FILMAFFINITY)
26 de septiembre de 2016
4 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
El primer día que acude a este evento, uno está algo perdido en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Y en esas circunstancias el visitante se arriesga a encontrarse lo que se encuentra y aquello que puede parecer a priori todo un documento humano me ha parecido un planteamiento ofensivamente maniqueo, porque ya he visto filmes sobre el lesbianismo que gozan de una exquisita calidad (la canadiense Cuando cae la noche (1995), por ejemplo, de Patricia Rozema, o la estadounidense Los chicos están bien (2010), de Lisa Cholodenko, a la que probablemente quiere parecerse el largometraje de esta tarde). Es por ello que un acercamiento a ese tema sobre una perspectiva simplista y plana, valga la redundancia, se nos antoja harto deficiente.

Ni en el planteamiento ni en el desarrollo esta pelicula es original o profunda, y el final es pluscuampredecible. Para muestra un botón: de la relación entre las mujeres, tan sólo sabemos que se dan un piquito de vez en cuando, unos jadeos detrás de la puerta y que una le compra tabaco a la otra. Sinceramente yo creo que una cuestión de la importancia como el lesbianismo merece un tratamiento mucho más profundo, como en su día hicieron Patrizia Rozema o Lisa Cholodenko.

Pero Rara “no es una película militante”, según afirmó su directora a la prensa de la Zinemaldia. Y es que, efectivamente, ni como creación reivindicativa nos sirve, puesto que nada hace más daño a una causa que reducirla a uno o dos ideas manidas.

Por decir algo bueno, sí que me gustaron mucho las intervenciones de la hermana pequeña, perfectamente seleccionada por el equipo de casting.

Al final, todo el mundo se puso en pie para aclamar a San Martín en la sala del Kursaal donde se proyectó, menos yo, que estaba sentado junto a una de las protagonistas, pero me quedé tan hierático como una carta sin abrir.

Pero al final, final, final, fue galardonada con la Concha de plata en la Sección Territorio Latinoamericano del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Igual el raro soy yo.

En todo caso, lo que resulta muy agradable en las sesiones de la Zinemaldia es que el equipo técnico de las películas asiste a ellas en medio del público, en unas butacas reservadas para ellos, pero ya digo que rodeados por el público y no aislados en una torre de marfil, según suele suceder en otros festivales.

Una gozada también ver las salas a rebosar de gente de todas las edades.
Fco Javier Rodríguez Barranco
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